jueves, septiembre 23, 2004

 

Semana 7

Holas:

Esta semana tuvimos la gracia de recibir una carta del Padre General. Y, en lo personal, tuve la gracia especialísima, por ser el secretario de los novicios, de redactar una contestación a la misma. Aquí van los textos.
Carta del Prepósito General al Noviciado Interprovincial
Sin fecha.

Al margen el Escudo del Prepósito General.
Membrete: Curia Generalizia Dei Chierici Regolari Teatini. – Il Preposito Generale

Noviciado Interprovincial Teatino
“Villa Providencia”
Santiago de Cali
Colombia.

Muy queridos hermanos en el Señor Jesús y nuestro Padre san Cayetano: Les deseo a cada uno de ustedes una gran paz en su corazón y una profunda alegría espiritual en la comunión fraterna, propias ambas del carisma teatino.

No quiero dejar más tiempo al comienzo de este año tan especialmente importante sin hacerme presente entre ustedes con unas palabras llenas de gran afecto y mucha esperanza por parte mía. A Dios gracias inician ustedes una experiencia que es para la Orden, particularmente para las Provincias de Estados Unidos, México y España-Colombia, de las que provienen, el comienzo de un creciente y vigoroso impulso hacia la comunión teatina. Supone en efecto para todos una gracia singular, pues esta es la hora de reforzar los vínculos fraternales entre cuantos deseamos estar presentes en la Iglesia y el mundo como seguidores de la espiritualidad de san Cayetano. Él quiso para su tiempo una “Compañía” de clérigos regulares; no de sacerdotes desenganchados unos de los otros, sino de hermanos que viviesen en común y del común y fueran así ejemplo de pobreza y caridad para estimular la vocación del Pueblo de Dios en continua busca del Reino soñado por Jesús.

El Noviciado Interprovincial de Cali deberá reactualizar esta intuición de nuestro Fundador. Las Provincias de Estados Unidos, México, y España-Colombia así lo han entendido y así lo desean y esperan de ustedes. Toda la Familia Teatina es sabedora de haber iniciado un camino de futuro significativo y prometedor. Felicito de todo corazón a los Prepósitos Provinciales, Padres Patrick, Felipe de Jesús y Bernardo Mestre. Los Padres Pedro Pascual y L. Wladimir, su Maestro y Vicemaestro de novicios respectivamente, tiene una sobrecarga de misión. Les agradezco sinceramente la disponibilidad con la que la han acogido. La Curia General tiene puestos sus ojos en cada uno de ustedes siete y confía de veras en que este año será muy fructífero si se van haciendo capaces de responder generosamente a las gracias de Dios nuestro Señor.

Les encarezco que se ayuden mutuamente a ser dóciles a la divina voluntad. Es un año, el de la “probación” en nuestra Regla de Vida, de mucha predilección de la Santa Providencia a la que se ha confiado desde su fundación nuestra Familia que vino a ser con el tiempo una “Escuela de Santos”.

El año de Noviciado está encaminado a sentar firmemente las bases de la fraternidad que genera la Profesión. Verán que va a resultarles entusiasmante. Profundicen lo más posible en nuestra espiritualidad. Estudien con veneración las Constituciones. Ahonden fuertemente en la vida interior. Déjense animar por la caridad. Aprendan a ser pobres como lo son los necesitados del barrio, que no pueden malgastar, que ahorran y son desprendidos, acogedores y sencillos. Sean con ellos solidarios. No pretendan ser más que ellos ni colocarse por encima de ellos. Lo teatino no camina por tales sendas. El hecho de hacer el Noviciado en un lugar poblado de dificultades veánlo como un reclamo providencial del Señor. Ahí, junto a ustedes, está el Pueblo de Dios siempre a la expectativa de una vida más digna y a la busca, aunque no sea consciente plenamente de ello, de la salvación. Desde Villa Providencia como igualmente desde la Parroquia San Alberto Magno tienen ocasión de escuchar el grito de los desposeídos, los pequeños, los humildes. Son las muchedumbres sin pastor del Evangelio. Para todos ellos y con ellos la Providencia les quiere a ustedes teatinos. ¡Qué gran responsabilidad, queridos jóvenes!

Échense una mano recíprocamente. De modo muy particular a vivir la fraternidad. Fuera de ser hermanos y querer vivir como tales, ¿qué somos los teatinos? La Caridad es la dimensión por excelencia que se ha de procurar alentar durante el Noviciado, porque al cabo y al fin, el quehacer que se les encomiende luego de la Profesión, el ministerio sacerdotal y la vida en común, si no están habitados por la espiritualidad de comunión se irán vaciando de contenido.

A mi juicio el que provengan de distintas Provincias y hayan de regresar al término de este año a ellas es una ocasión privilegiada. La diversidad de nación y cultura ha de ayudarles a ser mejores Clérigos Regulares. Es la hora de reafirmar la teatinidad. Dios nos quiere aún seguidores de san Cayetano, del P. Juan Pedro Carafa, san Andrés Avelino, san José María Tomasi… No tiene fecha de caducidad nuestro carisma. Mucho ánimo, pues, mis queridos hermanos. Siéntanse miembros de su Provincia, más sean concientes sobre todo de pertenecer a la Orden. En el presente sexenio nos hemos propuesto reforzar la comunión en todos sus distintos niveles.

Toda la Familia Teatina espera muchísimo de este Noviciado Interprovincial. Estén seguros que les quiero de verdad. Para cuanto necesiten no duden que siempre me encontrarán a su
disposición.

Su servidor en Cristo.

Rúbrica
P. Valentín Arteaga, C. R.
Prep. General.
Sello del Prepósito General
Carta del Noviciado Interprovincial al Prepósito General
Don Valentín Arteaga Sánchez-Guijaldo, C. R.,
Prepósito General,
Curia General de la Orden de Clérigos Regulares (Teatinos),
Roma,
Italia.
Reverendísimo Padre:
Te deseamos «el favor, la misericordia y la paz de Dios Padre y del Mesías Jesús, Señor nuestro» (1 Tim 1, 2).
Recibimos con alegría la carta que nos mandaste con motivo del inicio del Noviciado. La leímos en comunidad y tampoco nosotros queremos dejar de dirigirte unas palabras aunque más sencillas e insignificantes, para agradecerte tan inmerecida atención.
Queremos que sepas, en primer lugar, lo oportuno de tu mensaje. Reconocemos en ti al principal promotor de esta experiencia interprovincial la cual, sin duda, nos hace sentir y pensar en nuestra Orden como un todo, incluso dentro de su variedad (cf. Constituciones de la Orden de Clérigos Regulares, 1994, n. 155). Estamos conscientes de la novedad de
este trabajo conjunto entre nuestras Provincias de España-Colombia, Estados Unidos y México. Sabemos su importancia y que de éste dependerán, con la gracia de Dios, otros proyectos, así que haremos todo lo posible para, primero Dios, ser responsables.
Ahora bien, has dispuesto, como instrumento distinguido de la Providencia santa, que residamos en un lugar donde es imposible dejar de fijarse en Quien alimenta a los pájaros –que ni siembran, ni cosechan, ni guardan en bodegas– o darse cuenta de Quien viste a los hermosos lirios del campo –que ni trabajan ni tejen– (cf. Mt 6, 26-29). En efecto, Villa Providencia con sus lagos, árboles y flores es un lugar privilegiado para esta experiencia espiritual, y no brinda posibilidad alguna para dejar de amar de corazón a Dios Padre creador, así como para examinar cada día nuestras conciencias y ser fervorosos y asiduos en la oración (cf. Constituciones, nn. 111-112). Por todo esto, te estamos muy agradecidos.
Entendemos con claridad nuestra principal obligación aquí y ahora de reactualizar el carisma fundacional. Por supuesto, no vamos a inventarnos nada nuevo, sino intentaremos con el favor de Dios misericordioso vivirlo. Para este propósito nos ayudarán todos los medios que nos enlistaste en tu escrito. En verdad, queremos vivir ayudándonos a ser dóciles a la voluntad divina; profundizando en la espiritualidad teatina; ahondando en la vida interior; estudiando las venerables Constituciones.
Como estás al tanto, la situación del barrio donde convivimos con los hermanos pobres no es muy segura. Pero tiene la ventaja de alejar de nosotros el peligro real de vivir entre ellos como en una cápsula, rodeados sólo de comodidad y lujo. Te aseguramos una cosa: no nos cansamos de aprender de ellos, niños y niñas, huérfanos y viudas, desplazados, ancianos y desempleados; todos nos enseñan el evangelio y el modo cómo Dios reina. Es, sin duda, la gente con la que ahora Jesús hubiera querido estar. ¿Sabes? Si una certeza ha de quedarnos del contacto con ellos es ésta: la marginación es el lugar social de los cristianos.
En fin, nos parece evidente que la forma mejor –y la que quisieron nuestros fundadores– de responder a la vocación teatina es la vida fraterna sincera e impulsada siempre por la caridad de Cristo. Un Noviciado Interprovincial tiene la congruencia de facilitar esta comunión, no sólo entre nosotros como novicios, sino entre las Provincias a las que pertenecemos y la Orden teatina en su conjunto.
Y, sí, te sabemos y sentimos cercano e inmediato. Por eso el atrevimiento para tutearte. No sabemos cuándo vendrás, pero ya estás en nuestros corazones.
«Que el Señor Jesucristo esté contigo» (2 Tim 4, 22).
Octubre 1 de 2004, memoria de santa Teresa del Niño Jesús, virgen y Doctora de la Iglesia.
Noviciado Interprovincial Teatino,
“Villa Providencia”,
Santiago de Cali,
Colombia.


Bonita semana.

Busca primero el reinado de Dios.
Charly

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