jueves, octubre 21, 2004

 

Semana 11

Holas:

Me da gusto tener lo posibilidad de escribirte una vez más. Ahora es más fácil para mí porque puedo redactar con un poco más de libertad y menos prisa en alguna de las computadoras con que ya contamos en la villa, y puedo enviártelo luego conectándome muy brevemente en la casa parroquial. Supongo que así será en un tiempo muy largo porque la idea de poner teléfono y, en su caso, la facilidad para acceder a Internet desde esta finca, ha sido desechada por la realidad. Después de informes y vueltas a la compañía más cercana, resulta que los inconvenientes son tantos y tan costosos que resulta más eficiente hacer las cosas como hasta ahora las hemos hecho. Imagínate, tendríamos que comprar nuestros metros de cable para unirnos hasta el poste más cercano, aunque al final el cable terminaría siendo propiedad de la telefónica; además existe el antecedente de que se lo robarían, como le pasó a un vecino, porque por acá, entre sembradíos y gallineros, la vigilancia de ordinario es nula; y, para acabarla de amolar, aun en caso de lograr instalarlo, a la primera quema de un cañaduzal, el calor quemaría el plástico, fundiría el cobre y haría necesaria otra instalación.

A lo mejor te suena raro, pero no tenemos tantos fondos como para andarlos gastando en cable a cada rato. Sí, ya sé que en otros lugares existe la telefonía por microondas, pero estoy en Colombia, ¿ok? Y aunque me acaban de preguntar en un correo anterior si ya me volví rico con la droga, lo que puedo decir con seguridad es que no. Sólo que ya conocí las hojas de coca… Bueno, no te espantes, dicen por acá que es un remedio para el dolor de muelas, qué inocentes, ¿no?

Donde conocí esas hojas fue en el Comedor donde ayudo, porque un niño llevaba unas ramas de ellas “para un cliente”, según me dijo. Así por el estilo son casi todos ellos. Digamos que, lo menos que podemos hacer es compartir con ellos un poco de catequesis. Por eso, desde este sábado nos reunimos para prepararles al bautismo y la primera comunión y los domingos celebramos también con ellos la eucaristía a las diez de la mañana.

Sin embargo, esta semana el lunes fue festivo. Resulta que, siendo muy pragmáticos, los colombianos decidieron trasladar la mayoría de los días festivos del año al lunes siguiente, y lo hicieron pensando que este sistema tendría sus ventajas. Por ejemplo, hacer puentes, celebrar a gusto sin la preocupación de “pensar que mañana tengo que ir a trabajar”, o evitar que alguien se reporte “enfermo” al trabajo o a la escuela.

A pesar de esto, el lunes, desde mi muy personal punto de vista, me di cuenta de algunos inconvenientes de este método. Ese día ni abriríamos el comedor ni asistiríamos a dar clases a la escuelita y planeamos realizar un viaje a la cercana ciudad de Popayán. Popayán es la capital del departamento del Cauca (como te dije una vez, acá los departamentos son como los estados) y está en una zona mucho más fresca que Cali (temperatura promedio 19º C). Así que, abrigados, viajamos por carretera y descubrimos una ciudad colonial, fundada en 1536 por Sebastián de Belalcázar, el mismo que fundo Cali. Pero… por ser día festivo la mayoría de museos y tiendas ¡estaban cerradas! Esto de los lunes festivos, es un chasco. Imagínate que un día festivo quisieras visitar, por decir algo, Puebla, y te encontraras con la ciudad paralizada, ¿no sería un poco decepcionante? Cierto, podrías andar por allí, caminando, viendo la ciudad, tomando fotos de los edificios, visitando los miradores, etcétera. Bueno, pues eso fue lo que hicimos. Con decirte que al final, nadie sabía ni por qué razón era el puente y sólo al rato, me dijeron que era por el doce de octubre ¿tú crees?

Hablando de cosas americanas, la noticia de la renuncia del expresidente de Costa Rica a la OEA, y todo lo que después se vino, hizo que publicaran en “El Tiempo” una lista de casos de presidentes americanos corruptos. Y de México se mencionaban como casos recientes a Salinas y Zedillo. Yo me quedé pensando después de leer la nota qué pasará en dos años, digo, ahora, cuando hasta acá llegó la noticia de que ahora sí enfrentamos la Madre de todas las batallas en el caso de las muertas de Juárez…

El casi quedó medio muerto la madrugada del miércoles fue el hermano José, luego de una indigestión con el queso pasado de unos molletes que preparó Paco. Espero no provoque yo lo mismo ahora que me toca cocinar la semana entrante. Por lo pronto ya me salió un flan de coco con una receta que me mandó mi mamá.

Busca primero el reinado de Dios.
Charly

jueves, octubre 14, 2004

 

Semana 10

Muy, muy, pero muy buenas:

Espero que estés muy bien y que todo vaya conforme al plan que Dios tiene para ti.

Yo, aquí, molestándote como cada semana con unas cuantas breves sobre cómo va el Noviciado y estas cosas de la vida comunitaria, la convivencia y… la rutina.

Este periodo quizá el acontecimiento más significativo fue la visita que hicimos a los hermanos franciscanos. Resulta que empezamos a tratar con uno de ellos, Fray Jorge Tulio, porque, como recordarás los días jueves contamos con su asesoría psicológica. Bueno, pues el viernes ocho se realizó apenas en la Pontificia Universidad Javeriana (www.puj.edu.co), Campus Cali, la ceremonia de graduación de su generación. Así que, vestido de traje civil, acompañado por su Superior Provincial, recibió su diploma y el título que lo acredita como psicólogo. Por tal motivo, al día siguiente, sábado nueve de octubre, sus hermanos frailes, sus familiares y amigos, le organizaron un almuerzo (así se llama acá a la comida de mediodía) y nos invitaron, pues, a almorzar.

La experiencia fue tan grata como cuestionadora. La cita era en la casa de formación que tienen cerca de nuestra casa de Buenos Aires, esto es, al surponiente de la ciudad. Es una zona de clase baja y el convento intenta ser una experiencia de inserción. La “inserción” es una de las formas, quizá la más radical, de entender la opción cristiana por los pobres, y consiste en integrarse a la forma de vida (o de supervivencia) de las personas pobres –desde el punto de vista socioeconómico–. Como Francisco de Asís, pues. Y de hecho fue asombroso: cuartos compartidos en los que las literas tienen por colchones tablas de madera, ropa sencilla (no hábito), capilla sin adornos costosos, zonas sin acabados (a ratos parecía como en obra negra), pero los formandos con el corazón alegre y la sonrisa en los labios por seguir con mayor libertad al Señor –y quizá por unas cuantas chelas, unos tamales llenadores y un partido de fútbol en el que Argentina se disputaba unos puntos contra no se qué otro país, en las eliminatorias mundialistas.

Así pasó el fin de semana, hasta que el lunes siguiente visitamos un videoclub llamado Abatar para rentar películas recomendables. Y es que en este Noviciado he visto películas muy buenas –aparte de otras muy comerciales– en una actividad que hemos denominado “Cineforum”. Parece que ha habido una muy buena acogida de todos los hermanos– ¡cómo no!– a esta actividad. Pero bueno, otro día te hablaré de las películas. Por lo pronto lo que quería contarte es que en ese videoclub tuvimos un contratiempo que me parece muy significativo. Resulta que cinco de nosotros, de los siete que somos, fuimos a rentar a esa tienda con la credencial del padre Mauricio. Como responsable del alquiler iba “Paco” a quien la encargada pidió la cédula de identidad (parecería como que cuando uno presenta acá una identificación le pidieran se identificara con otra más) y como ninguno de nosotros era el titular ni constaba estuviera autorizado para rentar películas, nos negó la renta. Le pedimos que llamara al padre Mauricio para que la autorizara vía telefónica; y ella accedió. Mientras nosotros la oíamos, marcó al número de la casa, pidió que le dijeran si conocían a Francisco Alberto Barrera, el nombre completo de Paco, y quien contestó dijo ¡no le conocía! Con suerte, al ver nuestra cara de sorpresa, la encargada pidió le pasaran a otra persona, que dijo ¡tampoco nos conocía! Para ese momento, después de dos negativas consecutivas, y al verse rodeada de un grupo numeroso de varones, desconocidos, y que intentaban llevarse tres videos, la reacción lógica de la encargada fue la de empezar a ponerse nerviosa. Al contrario, nuestra reacción comenzó a ser de enfado, y le solicitamos a ella confirmara que había marcado bien, al tiempo que intentábamos adivinar quién estaría al otro lado de la línea, haciéndonos una mala pasada. El caso es que al tercer intento afirmaron que sí conocían al hermano y que sí podía sacar las películas. Aliviados regresamos a casa. Preguntamos quién había contestado el teléfono, y resultó que las posprimeras ocasiones fueron el hermano “Robert” y el Padre “Tony”… Esta experiencia nos dejó reflexionando sobre lo que pasaría en caso de una necesidad más importante. Por eso nos dio mucha risa cuando en la misa de la tarde, en el momento de la Paz, Paco extendió la mano a Robert y le dijo:
—Hola, soy Francisco Alberto Barrera.

A propósito, hemos pensado en limitar nuestros viajes hasta ese videoclub y empezar a aprovechar las ventajas de los videoclubes más cercanos, como son la ubicación y la piratería. Hay un dato curioso. Si tú crees que donde vives hay piratas, no has estado en Colombia. Por decirte algo, la película “La Mala Educación” (Almodóvar, 2004) circulaba ya entre los piratas dos semanas antes de que se estrenará en cartelera, ¡en formato DVD! Y esta semana la última obra de Gabriel García Márquez salió a la venta en formato pirata antes de que se encontrara en las librerías. ¡Sí, libros piratas! Libros de papel periódico que, en este caso, no contaban con las correcciones últimas, pero sí con la obra completa. Dicen —y él mismo lo afirma— que alguna vez el Nobel colombiano amenazó con no publicar nada más si el gobierno no daba muestras claras de estar progresando contra estas situaciones.

El asunto es que ni en ese punto ni en el caso de la seguridad se ha avanzado nada en este país. Esta semana vi una nota que afirmaba cada día desaparecen en Colombia dos personas secuestradas o asesinadas. Esto es sólo de las desaparecidas, no digamos los casos conocidos donde se tiene la certeza del secuestro o del asesinato. Lo cual, en una población redondeada de cuarenta y un millones, da una frecuencia muy alta.

No nos pongamos trágicos y sigamos mejor lo poco que falta del recuento de lo sucedido en la semana. El miércoles nos avisaron de la posibilidad de contar con maestros externos para la clase de Vida Religiosa. Lo cual suena muy bien, porque se están buscando especialistas para compartir con ellos los aspectos importantes de esta experiencia.

El jueves el hermano Robert intentó que la comida (a la cena acá le llaman comida) fuese diferente a lo normal. Preparó pasta y puso velas en la mesa. En ese ambiente, lo natural fue… ¡contarnos historias de espantos! Y aunque quien está bien con Dios no teme ningún mal, esa noche salimos del comedor muy sugestionados.

Parece que en otros lugares esa misma noche fue de espantos porque, según nos enteramos al día siguiente en “El Tiempo”, se llevó a cabo otro de los debates entre Bush y Kerry. La cosa es que parece Kerry apoya el plan Colombia que consiste en la presencia de ¡cuatrocientos soldados gringos! en estas tierras, y su fortalecimiento eventual a un total de ¡ochocientos! Vaya sustos, ¿no?

En temas menos bélicos y más ordinarios, ya estamos a mediados de octubre y no sé si sabías, pero acá no hay horario de verano ¡ni estaciones! Lo siento por mi hermanita, porque se le metió la idea chiflada de pasar estos días como alumna en Canadá. Nótese que escribí “alumna”, no “estudiante”. Lo cual obligó a mi mamá a aprender a usar el correo electrónico de Hotmail (lichitaruiz@hotmail.com) para poder comunicarse con nosotros dos, que la dejaremos a ella y a mi papá para pasar nuestra primera Navidad fuera de casa.

Busca primero el reinado de Dios.
Charly

jueves, octubre 07, 2004

 

Semanas 8 y 9

Hola:

Cada vez iba teniendo menos tiempo para escribirte semana a semana. De hecho, ya voy algo atrasadito, por eso tuve que juntar las semanas 8 y 9.

Pero estas dos semanas han estado interesantes, eso sí. Resulta que acá, en toda Colombia se celebra el día del amor y la amistad el tercer sábado de septiembre. Costumbre rarísima cuando tomamos en cuenta que, en todo caso, la costumbre de celebrarlo en otros lugares el 14 de febrero, a pesar de ser un día muy comercial, tiene como base la memoria de san Valentín. Así que, aunque no coincida con nuestra famosa fecha, esta costumbre de celebrar al menos un día al amor está arraigada también por acá. Con ese pretexto los hermanos organizaron el ritual del “amigo secreto”. Ya sabes, consiste en un intercambio de regalos con alguien que sólo uno mismo conoce y te ha tocado por sorteo. A mí me tocó como amigo secreto el Padre Vladimir, el que le auxilia a mi maestro y aunque estuvo mencionando que como regalo quería Ensayo sobre la ceguera de José Saramago, sólo pude conseguir un librito de Paulo Coelho –y de broma le envolví también como regalo un tratadito religioso de los que no le gustan–. El intercambio lo tuvimos el lunes 27, última reunión-juego-cena comunitaria del mes de septiembre. Yo le toqué al Padre Mauricio y me regaló una camisa azul.

Ya para el miércoles 29 las cosas fueron mucho más interesantes, al menos para mí, porque fue mi cumpleaños. Ese día el padre Ismael nos invitó a almorzar en la Casa de formación que tenemos en el Barrio Buenos Aires. Luego planeamos visitar el convento de las madres carmelitas aquí al sur de Cali. Y fue toda una experiencia espiritual y el mejor regalo de todos. Después de tomarnos las medidas para unas albas, las madres interrumpieron su tarde para estar un buen rato con nosotros como novicios. Emocionante escuchar a una de ellas cuando nos dijo: «Tengo 94 años y 70 en el convento, y sigo siendo la mujer más feliz». O cuando la maestra de novicias me pidió que le hiciera el favor de enviarle las fotos que tomé ¡a su correo electrónico! (carmelitas_cali@hotmail.com). Al final tuvimos con ellas la eucaristía.

El resto de la semana siguió su ritmo acostumbrado.

El 7 de octubre cumplimos dos meses en el noviciado, así que fue un buen pretexto para revisar lo realizado hasta ahora e implementar los ajustes necesarios para que todo funcione mejor. En este sentido recibimos dos computadoras, una impresora láser y varias guitarras.

Me sigo encomendando a tus oraciones para que todo el trabajo personal y pastoral que implementamos por estos lugares resulte más acertado.

Busca primero el reinado de Dios.
Charly

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