jueves, abril 28, 2005

 

Semana 38

Hola, ¿qué más?

Espero que a gusto.

Esta semana los acontecimientos históricos grandes y chicos no han estado ausentes, como te habrás dado cuenta.

Por ejemplo, el sábado me acosté a buena hora, pero cerca de media noche una serie de balazos en las cercanías de la finca logró despertarme y, sobre todo, inquietarme. Como te he comentado alguna ocasión anterior, los alrededores de Villa Providencia no son de lo más seguro, antes han aparecido tirados algunos cadáveres, los pocos vecinos han sido asaltados o han intentado secuestrarles, y he escuchado algunos gritos de auxilio. Esa noche no me moví de mi camita. Como hice con la Misa exequial del Papa Juan Pablo II, tampoco me levanté para ver la Misa de los que fue el inicio solemne del ministerio petrino de Benedicto XVI.

Se me había olvidado comentarte que estos días he recordado las famosas profecías de san Malaquías, que conozco desde niño, según las cuales a Juan Pablo II (JP II), de feliz memoria, le correspondía el título De laboris solis, y al Papa actual le tocará ser la gloria del olivo. No me hubiera sorprendido tanto si una televisora no hubiese hecho énfasis en una de esas coincidencias tan extrañas de la vida: el día que JP II nació hubo un hubo eclipse de sol, el día que celebraron sus exequias, también...

Pero, volviendo a lo de la Misa de imposición del palio y del anillo del Pescador del día domingo, muy a mi pesar, y para sorpresa mía, me agradó mucho la homilía que escuché en las innumerables repeticiones televisadas durante todo el domingo y que, además, luego leí en Internet. De la celebración lo que más me sorprendió fue el diseño del palio que el Obispo de Roma escogió y que significa su autoridad y su colegialidad. El mismo diseño no era usado, dicen los entendidos, desde hace como mil años.

Para la primera de las retransmisiones que me tocó ver, escogí una cadena mexicana. Me llamó la atención que al final la terminaran de manera abrupta para transmitir “en vivo” un resumen de otra de las históricas marchas capitalinas -pocas, pero serias- que han movilizado a la sociedad mexicana en los últimos 40 años, según he leído -no soy tan viejo, claro. Las imágenes me hacían recordar las que viví hace ya diez meses cuando participé en una de descontento por los índices tan altos de criminalidad, inseguridad e impunidad que se viven en México como país y en abundancia en su Distrito Federal, aunque, por cierto y gracias a Dios, todavía muy lejos de los índices caleños en particular y colombianos en general.

De lejos las cosas no se ven como para tanto. De hecho, para esta marcha sí que no me hubiera tomado la molestia de participar. Viviendo en un Estado tan descompuesto como el colombiano, no puedo sino concluir que apoyar el estado de derecho es la mejor forma de expresar mi amor a mis hermanos, a mi sociedad y a Dios. Esta forma de pensar es poco popular, lo sé. Y si no me crees, imagínate la cantidad de recuerdos a mi mamá y otros comentarios que me he ganado todos los días por hacer algo tan sencillo como controlar el turno de entrada de los niños pobres al Comedor. En fin, como leímos el lunes siguiente, el señor López Obrador volvió a despachar en las oficinas correspondientes a su cargo. Entiendo, como nunca, la palabra populismo. No digo que no haya sido muy sucia la forma de quitarle el fuero, pero lo que se organizó después supera cualquier novela de realismo mágico que haya yo leído, ¡y mira que estoy en Colombia!

Por la tarde del lunes nos reunimos todos los de la comunidad en la finca para seguir organizándonos mejor y, con ese pretexto, aprovechamos un viejo truco de ajedrez para saber, si es que ya estaba decidido, cuando serían las profesiones y las ordenaciones diaconales. El Padre Pedro dijo que podemos poner en el cronograma como fecha provisional, a reserva de lo que diga el Padre Provincial y de que pueda asistir el Obispo, el día 6 de agosto para las profesiones y el 7, solemnidad de san Cayetano, las ordenaciones.

Ese mismo lunes leí en la edición caleña del mítico periódico El Tiempo, que al Papa recién inaugurado en su ministerio lo pasó a saludar el presidente colombiano por tres ocasiones… sólo que las tres veces se trató de una persona distinta y nada más la tercera -la vencida- se trató en realidad del Presidente, las primeras personas se colaron en la fila alegando esa identidad. Si a los encargados del protocolo papal se les puede tomar el pelo tan fácil, habrá que rogar que no haya ninguna eventualidad futura que lamentar. Sí, ¿o qué?

Busca primero el reinado de Dios.
Charly

Comentarios: Publicar un comentario



<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?