jueves, septiembre 23, 2004
Semana 7
Holas:
Esta semana tuvimos la gracia de recibir una carta del Padre General. Y, en lo personal, tuve la gracia especialísima, por ser el secretario de los novicios, de redactar una contestación a la misma. Aquí van los textos.
Esta semana tuvimos la gracia de recibir una carta del Padre General. Y, en lo personal, tuve la gracia especialísima, por ser el secretario de los novicios, de redactar una contestación a la misma. Aquí van los textos.
Sin fecha.
Al margen el Escudo del Prepósito General.
Membrete: Curia Generalizia Dei Chierici Regolari Teatini. – Il Preposito Generale
Noviciado Interprovincial Teatino
“Villa Providencia”
Santiago de Cali
Colombia.
Muy queridos hermanos en el Señor Jesús y nuestro Padre san Cayetano: Les deseo a cada uno de ustedes una gran paz en su corazón y una profunda alegría espiritual en la comunión fraterna, propias ambas del carisma teatino.
No quiero dejar más tiempo al comienzo de este año tan especialmente importante sin hacerme presente entre ustedes con unas palabras llenas de gran afecto y mucha esperanza por parte mía. A Dios gracias inician ustedes una experiencia que es para la Orden, particularmente para las Provincias de Estados Unidos, México y España-Colombia, de las que provienen, el comienzo de un creciente y vigoroso impulso hacia la comunión teatina. Supone en efecto para todos una gracia singular, pues esta es la hora de reforzar los vínculos fraternales entre cuantos deseamos estar presentes en la Iglesia y el mundo como seguidores de la espiritualidad de san Cayetano. Él quiso para su tiempo una “Compañía” de clérigos regulares; no de sacerdotes desenganchados unos de los otros, sino de hermanos que viviesen en común y del común y fueran así ejemplo de pobreza y caridad para estimular la vocación del Pueblo de Dios en continua busca del Reino soñado por Jesús.
El Noviciado Interprovincial de Cali deberá reactualizar esta intuición de nuestro Fundador. Las Provincias de Estados Unidos, México, y España-Colombia así lo han entendido y así lo desean y esperan de ustedes. Toda la Familia Teatina es sabedora de haber iniciado un camino de futuro significativo y prometedor. Felicito de todo corazón a los Prepósitos Provinciales, Padres Patrick, Felipe de Jesús y Bernardo Mestre. Los Padres Pedro Pascual y L. Wladimir, su Maestro y Vicemaestro de novicios respectivamente, tiene una sobrecarga de misión. Les agradezco sinceramente la disponibilidad con la que la han acogido. La Curia General tiene puestos sus ojos en cada uno de ustedes siete y confía de veras en que este año será muy fructífero si se van haciendo capaces de responder generosamente a las gracias de Dios nuestro Señor.
Les encarezco que se ayuden mutuamente a ser dóciles a la divina voluntad. Es un año, el de la “probación” en nuestra Regla de Vida, de mucha predilección de la Santa Providencia a la que se ha confiado desde su fundación nuestra Familia que vino a ser con el tiempo una “Escuela de Santos”.
El año de Noviciado está encaminado a sentar firmemente las bases de la fraternidad que genera la Profesión. Verán que va a resultarles entusiasmante. Profundicen lo más posible en nuestra espiritualidad. Estudien con veneración las Constituciones. Ahonden fuertemente en la vida interior. Déjense animar por la caridad. Aprendan a ser pobres como lo son los necesitados del barrio, que no pueden malgastar, que ahorran y son desprendidos, acogedores y sencillos. Sean con ellos solidarios. No pretendan ser más que ellos ni colocarse por encima de ellos. Lo teatino no camina por tales sendas. El hecho de hacer el Noviciado en un lugar poblado de dificultades veánlo como un reclamo providencial del Señor. Ahí, junto a ustedes, está el Pueblo de Dios siempre a la expectativa de una vida más digna y a la busca, aunque no sea consciente plenamente de ello, de la salvación. Desde Villa Providencia como igualmente desde la Parroquia San Alberto Magno tienen ocasión de escuchar el grito de los desposeídos, los pequeños, los humildes. Son las muchedumbres sin pastor del Evangelio. Para todos ellos y con ellos la Providencia les quiere a ustedes teatinos. ¡Qué gran responsabilidad, queridos jóvenes!
Échense una mano recíprocamente. De modo muy particular a vivir la fraternidad. Fuera de ser hermanos y querer vivir como tales, ¿qué somos los teatinos? La Caridad es la dimensión por excelencia que se ha de procurar alentar durante el Noviciado, porque al cabo y al fin, el quehacer que se les encomiende luego de la Profesión, el ministerio sacerdotal y la vida en común, si no están habitados por la espiritualidad de comunión se irán vaciando de contenido.
A mi juicio el que provengan de distintas Provincias y hayan de regresar al término de este año a ellas es una ocasión privilegiada. La diversidad de nación y cultura ha de ayudarles a ser mejores Clérigos Regulares. Es la hora de reafirmar la teatinidad. Dios nos quiere aún seguidores de san Cayetano, del P. Juan Pedro Carafa, san Andrés Avelino, san José María Tomasi… No tiene fecha de caducidad nuestro carisma. Mucho ánimo, pues, mis queridos hermanos. Siéntanse miembros de su Provincia, más sean concientes sobre todo de pertenecer a la Orden. En el presente sexenio nos hemos propuesto reforzar la comunión en todos sus distintos niveles.
Toda la Familia Teatina espera muchísimo de este Noviciado Interprovincial. Estén seguros que les quiero de verdad. Para cuanto necesiten no duden que siempre me encontrarán a su
disposición.
Su servidor en Cristo.
Rúbrica
P. Valentín Arteaga, C. R.
Prep. General.
Sello del Prepósito General
Al margen el Escudo del Prepósito General.
Membrete: Curia Generalizia Dei Chierici Regolari Teatini. – Il Preposito Generale
Noviciado Interprovincial Teatino
“Villa Providencia”
Santiago de Cali
Colombia.
Muy queridos hermanos en el Señor Jesús y nuestro Padre san Cayetano: Les deseo a cada uno de ustedes una gran paz en su corazón y una profunda alegría espiritual en la comunión fraterna, propias ambas del carisma teatino.
No quiero dejar más tiempo al comienzo de este año tan especialmente importante sin hacerme presente entre ustedes con unas palabras llenas de gran afecto y mucha esperanza por parte mía. A Dios gracias inician ustedes una experiencia que es para la Orden, particularmente para las Provincias de Estados Unidos, México y España-Colombia, de las que provienen, el comienzo de un creciente y vigoroso impulso hacia la comunión teatina. Supone en efecto para todos una gracia singular, pues esta es la hora de reforzar los vínculos fraternales entre cuantos deseamos estar presentes en la Iglesia y el mundo como seguidores de la espiritualidad de san Cayetano. Él quiso para su tiempo una “Compañía” de clérigos regulares; no de sacerdotes desenganchados unos de los otros, sino de hermanos que viviesen en común y del común y fueran así ejemplo de pobreza y caridad para estimular la vocación del Pueblo de Dios en continua busca del Reino soñado por Jesús.
El Noviciado Interprovincial de Cali deberá reactualizar esta intuición de nuestro Fundador. Las Provincias de Estados Unidos, México, y España-Colombia así lo han entendido y así lo desean y esperan de ustedes. Toda la Familia Teatina es sabedora de haber iniciado un camino de futuro significativo y prometedor. Felicito de todo corazón a los Prepósitos Provinciales, Padres Patrick, Felipe de Jesús y Bernardo Mestre. Los Padres Pedro Pascual y L. Wladimir, su Maestro y Vicemaestro de novicios respectivamente, tiene una sobrecarga de misión. Les agradezco sinceramente la disponibilidad con la que la han acogido. La Curia General tiene puestos sus ojos en cada uno de ustedes siete y confía de veras en que este año será muy fructífero si se van haciendo capaces de responder generosamente a las gracias de Dios nuestro Señor.
Les encarezco que se ayuden mutuamente a ser dóciles a la divina voluntad. Es un año, el de la “probación” en nuestra Regla de Vida, de mucha predilección de la Santa Providencia a la que se ha confiado desde su fundación nuestra Familia que vino a ser con el tiempo una “Escuela de Santos”.
El año de Noviciado está encaminado a sentar firmemente las bases de la fraternidad que genera la Profesión. Verán que va a resultarles entusiasmante. Profundicen lo más posible en nuestra espiritualidad. Estudien con veneración las Constituciones. Ahonden fuertemente en la vida interior. Déjense animar por la caridad. Aprendan a ser pobres como lo son los necesitados del barrio, que no pueden malgastar, que ahorran y son desprendidos, acogedores y sencillos. Sean con ellos solidarios. No pretendan ser más que ellos ni colocarse por encima de ellos. Lo teatino no camina por tales sendas. El hecho de hacer el Noviciado en un lugar poblado de dificultades veánlo como un reclamo providencial del Señor. Ahí, junto a ustedes, está el Pueblo de Dios siempre a la expectativa de una vida más digna y a la busca, aunque no sea consciente plenamente de ello, de la salvación. Desde Villa Providencia como igualmente desde la Parroquia San Alberto Magno tienen ocasión de escuchar el grito de los desposeídos, los pequeños, los humildes. Son las muchedumbres sin pastor del Evangelio. Para todos ellos y con ellos la Providencia les quiere a ustedes teatinos. ¡Qué gran responsabilidad, queridos jóvenes!
Échense una mano recíprocamente. De modo muy particular a vivir la fraternidad. Fuera de ser hermanos y querer vivir como tales, ¿qué somos los teatinos? La Caridad es la dimensión por excelencia que se ha de procurar alentar durante el Noviciado, porque al cabo y al fin, el quehacer que se les encomiende luego de la Profesión, el ministerio sacerdotal y la vida en común, si no están habitados por la espiritualidad de comunión se irán vaciando de contenido.
A mi juicio el que provengan de distintas Provincias y hayan de regresar al término de este año a ellas es una ocasión privilegiada. La diversidad de nación y cultura ha de ayudarles a ser mejores Clérigos Regulares. Es la hora de reafirmar la teatinidad. Dios nos quiere aún seguidores de san Cayetano, del P. Juan Pedro Carafa, san Andrés Avelino, san José María Tomasi… No tiene fecha de caducidad nuestro carisma. Mucho ánimo, pues, mis queridos hermanos. Siéntanse miembros de su Provincia, más sean concientes sobre todo de pertenecer a la Orden. En el presente sexenio nos hemos propuesto reforzar la comunión en todos sus distintos niveles.
Toda la Familia Teatina espera muchísimo de este Noviciado Interprovincial. Estén seguros que les quiero de verdad. Para cuanto necesiten no duden que siempre me encontrarán a su
disposición.
Su servidor en Cristo.
Rúbrica
P. Valentín Arteaga, C. R.
Prep. General.
Sello del Prepósito General
Don Valentín Arteaga Sánchez-Guijaldo, C. R.,
Prepósito General,
Curia General de la Orden de Clérigos Regulares (Teatinos),
Roma,
Italia.
Reverendísimo Padre:
Te deseamos «el favor, la misericordia y la paz de Dios Padre y del Mesías Jesús, Señor nuestro» (1 Tim 1, 2).
Recibimos con alegría la carta que nos mandaste con motivo del inicio del Noviciado. La leímos en comunidad y tampoco nosotros queremos dejar de dirigirte unas palabras aunque más sencillas e insignificantes, para agradecerte tan inmerecida atención.
Queremos que sepas, en primer lugar, lo oportuno de tu mensaje. Reconocemos en ti al principal promotor de esta experiencia interprovincial la cual, sin duda, nos hace sentir y pensar en nuestra Orden como un todo, incluso dentro de su variedad (cf. Constituciones de la Orden de Clérigos Regulares, 1994, n. 155). Estamos conscientes de la novedad de
este trabajo conjunto entre nuestras Provincias de España-Colombia, Estados Unidos y México. Sabemos su importancia y que de éste dependerán, con la gracia de Dios, otros proyectos, así que haremos todo lo posible para, primero Dios, ser responsables.
Ahora bien, has dispuesto, como instrumento distinguido de la Providencia santa, que residamos en un lugar donde es imposible dejar de fijarse en Quien alimenta a los pájaros –que ni siembran, ni cosechan, ni guardan en bodegas– o darse cuenta de Quien viste a los hermosos lirios del campo –que ni trabajan ni tejen– (cf. Mt 6, 26-29). En efecto, Villa Providencia con sus lagos, árboles y flores es un lugar privilegiado para esta experiencia espiritual, y no brinda posibilidad alguna para dejar de amar de corazón a Dios Padre creador, así como para examinar cada día nuestras conciencias y ser fervorosos y asiduos en la oración (cf. Constituciones, nn. 111-112). Por todo esto, te estamos muy agradecidos.
Entendemos con claridad nuestra principal obligación aquí y ahora de reactualizar el carisma fundacional. Por supuesto, no vamos a inventarnos nada nuevo, sino intentaremos con el favor de Dios misericordioso vivirlo. Para este propósito nos ayudarán todos los medios que nos enlistaste en tu escrito. En verdad, queremos vivir ayudándonos a ser dóciles a la voluntad divina; profundizando en la espiritualidad teatina; ahondando en la vida interior; estudiando las venerables Constituciones.
Como estás al tanto, la situación del barrio donde convivimos con los hermanos pobres no es muy segura. Pero tiene la ventaja de alejar de nosotros el peligro real de vivir entre ellos como en una cápsula, rodeados sólo de comodidad y lujo. Te aseguramos una cosa: no nos cansamos de aprender de ellos, niños y niñas, huérfanos y viudas, desplazados, ancianos y desempleados; todos nos enseñan el evangelio y el modo cómo Dios reina. Es, sin duda, la gente con la que ahora Jesús hubiera querido estar. ¿Sabes? Si una certeza ha de quedarnos del contacto con ellos es ésta: la marginación es el lugar social de los cristianos.
En fin, nos parece evidente que la forma mejor –y la que quisieron nuestros fundadores– de responder a la vocación teatina es la vida fraterna sincera e impulsada siempre por la caridad de Cristo. Un Noviciado Interprovincial tiene la congruencia de facilitar esta comunión, no sólo entre nosotros como novicios, sino entre las Provincias a las que pertenecemos y la Orden teatina en su conjunto.
Y, sí, te sabemos y sentimos cercano e inmediato. Por eso el atrevimiento para tutearte. No sabemos cuándo vendrás, pero ya estás en nuestros corazones.
«Que el Señor Jesucristo esté contigo» (2 Tim 4, 22).
Octubre 1 de 2004, memoria de santa Teresa del Niño Jesús, virgen y Doctora de la Iglesia.
Noviciado Interprovincial Teatino,
“Villa Providencia”,
Santiago de Cali,
Colombia.
Bonita semana.
Busca primero el reinado de Dios.
Charly
Prepósito General,
Curia General de la Orden de Clérigos Regulares (Teatinos),
Roma,
Italia.
Reverendísimo Padre:
Te deseamos «el favor, la misericordia y la paz de Dios Padre y del Mesías Jesús, Señor nuestro» (1 Tim 1, 2).
Recibimos con alegría la carta que nos mandaste con motivo del inicio del Noviciado. La leímos en comunidad y tampoco nosotros queremos dejar de dirigirte unas palabras aunque más sencillas e insignificantes, para agradecerte tan inmerecida atención.
Queremos que sepas, en primer lugar, lo oportuno de tu mensaje. Reconocemos en ti al principal promotor de esta experiencia interprovincial la cual, sin duda, nos hace sentir y pensar en nuestra Orden como un todo, incluso dentro de su variedad (cf. Constituciones de la Orden de Clérigos Regulares, 1994, n. 155). Estamos conscientes de la novedad de
este trabajo conjunto entre nuestras Provincias de España-Colombia, Estados Unidos y México. Sabemos su importancia y que de éste dependerán, con la gracia de Dios, otros proyectos, así que haremos todo lo posible para, primero Dios, ser responsables.
Ahora bien, has dispuesto, como instrumento distinguido de la Providencia santa, que residamos en un lugar donde es imposible dejar de fijarse en Quien alimenta a los pájaros –que ni siembran, ni cosechan, ni guardan en bodegas– o darse cuenta de Quien viste a los hermosos lirios del campo –que ni trabajan ni tejen– (cf. Mt 6, 26-29). En efecto, Villa Providencia con sus lagos, árboles y flores es un lugar privilegiado para esta experiencia espiritual, y no brinda posibilidad alguna para dejar de amar de corazón a Dios Padre creador, así como para examinar cada día nuestras conciencias y ser fervorosos y asiduos en la oración (cf. Constituciones, nn. 111-112). Por todo esto, te estamos muy agradecidos.
Entendemos con claridad nuestra principal obligación aquí y ahora de reactualizar el carisma fundacional. Por supuesto, no vamos a inventarnos nada nuevo, sino intentaremos con el favor de Dios misericordioso vivirlo. Para este propósito nos ayudarán todos los medios que nos enlistaste en tu escrito. En verdad, queremos vivir ayudándonos a ser dóciles a la voluntad divina; profundizando en la espiritualidad teatina; ahondando en la vida interior; estudiando las venerables Constituciones.
Como estás al tanto, la situación del barrio donde convivimos con los hermanos pobres no es muy segura. Pero tiene la ventaja de alejar de nosotros el peligro real de vivir entre ellos como en una cápsula, rodeados sólo de comodidad y lujo. Te aseguramos una cosa: no nos cansamos de aprender de ellos, niños y niñas, huérfanos y viudas, desplazados, ancianos y desempleados; todos nos enseñan el evangelio y el modo cómo Dios reina. Es, sin duda, la gente con la que ahora Jesús hubiera querido estar. ¿Sabes? Si una certeza ha de quedarnos del contacto con ellos es ésta: la marginación es el lugar social de los cristianos.
En fin, nos parece evidente que la forma mejor –y la que quisieron nuestros fundadores– de responder a la vocación teatina es la vida fraterna sincera e impulsada siempre por la caridad de Cristo. Un Noviciado Interprovincial tiene la congruencia de facilitar esta comunión, no sólo entre nosotros como novicios, sino entre las Provincias a las que pertenecemos y la Orden teatina en su conjunto.
Y, sí, te sabemos y sentimos cercano e inmediato. Por eso el atrevimiento para tutearte. No sabemos cuándo vendrás, pero ya estás en nuestros corazones.
«Que el Señor Jesucristo esté contigo» (2 Tim 4, 22).
Octubre 1 de 2004, memoria de santa Teresa del Niño Jesús, virgen y Doctora de la Iglesia.
Noviciado Interprovincial Teatino,
“Villa Providencia”,
Santiago de Cali,
Colombia.
Bonita semana.
Busca primero el reinado de Dios.
Charly
jueves, septiembre 16, 2004
Semana 6
Hola, ¿qué tal?
Estoy redactando de noche porque no quiero dejar pasar más tiempo sin comunicación. Mañana haré lo posible por enviarte estas letras.
Después de momentos de indefinición (léase falta de dinero), por fin nos autorizaron (léase asignaron presupuesto) para celebrar la noche mexicana, como me parece ta había comentado.
Pero además, esta semana se cumplían 480 años de la fundación de nuestra Orden. Así que, para no duplicar festejos, juntamos las dos celebraciones.
De tal suerte el día martes 14, solemnidad de la exaltación de la Santa Cruz, nos reunimos en la Parroquia de San Alberto Magno para tener todos juntos la eucaristía. Y es que el 14 de septiembre de 1524 Cayetano de Thiene, Juan Pedro Carafa, Bonifacio De’Colli y Pablo Consiglieri, cuatro de los miembros de la Compañía del Amor Divino (asociación que había buscado la Reforma de la Iglesia), hicieron su profesión de Clérigos Regulares junto a la Confesión de san Pedro, según consta —dicen— en el acta fiel y detallada del Notario Esteban de Amanis, llamado de manera expresa para el acto.
Al finalizar la eucaristía tuvimos nuestra convivencia acompañados de las religiosas que viven y trabajan en este territorio parroquial.
Para organizar la fiesta no tuvimos mucho tiempo de anticipación, así que aunque nos dividimos el trabajo, tocó desvelarnos el domingo y el lunes.
Decidí seguir algunos consejos que me enviaron por correo electrónico. Lo primero que cuidamos fue la ambientación. Los novicios hubiésemos preferido que la convivencia fuese en la villa, allí lucirían más los arreglos, daríamos el grito en un balcón y en un momento dado los juegos pirotécnicos re reflejarían en los lagos. Pero… nos acoplamos bien a las circunstancias: en uno de los patios del Colegio anexo a la casa parroquial acomodamos mesas, sillas y colgamos tiras largas con papel de china picado y de los colores patrios. Elaboramos las banderas de México y Colombia. El Escudo Nacional lo bajé de la Internet; conseguimos música mexicana y hasta un disco con himnos nacionales. En cuanto a la comida decidimos no complicarnos mucho la vida: arroz rojo, frijoles refritos (acá se pronuncia “fríjoles”) y fajitas de pollo, con salsas, guacamole, botanas, tortillas de harina y arepas (una especie de tortillas de maíz que venden por acá). Y de beber conseguimos cerveza mexicana (“Carta Blanca”) y tequila (“Cuervo”).
Somos tres los mexicanos que estamos en esta comunidad: el Padre Ismael, Paco, mi tocayo Carlos y yo, y añadimos a Roberto, que es México-americano. Mas ninguno de los cuatro es un cocinero ágil ni experimentado, así que la cosa estuvo tardada. Eso sí, aunque las fajitas no parecían fajitas ni las margaritas eran margaritas, como buenos mexicanos sacamos todo al último momento. Organizamos además un programa cultural que incluía crónicas de las fiestas patrias en México, explicaciones de la Bandera, el Escudo y el Himno Nacionales y hasta la recitación de la poesía “Suave patria” de López Velarde. Así, después de la bendición de los alimentos que dirigió el Padre Pedro y, mientras todos comían y bebían a lo mexicano, compartimos con ellos una dosis abundante de mexicanidad.
Eso sí, evité tomarme fotos con la bandera de México para evitarle disgustos a mi madre (eso hacía yo de chiquito y eso hacía ella desde entonces). Pero sí logramos irles poniendo a todos un sombrero de charro que alguien llevó a la fiesta y con una chela en sus manos capturamos algunas instantáneas. Al finalizar intentamos escuchar con respeto los himnos nacionales de Colombia, España, Chile, Perú, Francia —en atención a unas de las hermanas que eran de esos países. Aunque, la verdad, todo era relajo. Al último, el Padre Ismael nos dirigió, como a los niños cantores de Morelia, según dijo él, y entonamos nuestro himno.
Si algún día mi mamá se enterara de esto, es probable que le diera un disgusto por lo ridículo que puede sonar todo el numerito. Pero, lo que queríamos era compartir un poquito de nuestra cultura con nuestros hermanos colombianos, después de todo nos hemos imbuido en la suya a lo largo de ya seis semanas.
Busca primero el reinado de Dios.
Charly
Estoy redactando de noche porque no quiero dejar pasar más tiempo sin comunicación. Mañana haré lo posible por enviarte estas letras.
Después de momentos de indefinición (léase falta de dinero), por fin nos autorizaron (léase asignaron presupuesto) para celebrar la noche mexicana, como me parece ta había comentado.
Pero además, esta semana se cumplían 480 años de la fundación de nuestra Orden. Así que, para no duplicar festejos, juntamos las dos celebraciones.
De tal suerte el día martes 14, solemnidad de la exaltación de la Santa Cruz, nos reunimos en la Parroquia de San Alberto Magno para tener todos juntos la eucaristía. Y es que el 14 de septiembre de 1524 Cayetano de Thiene, Juan Pedro Carafa, Bonifacio De’Colli y Pablo Consiglieri, cuatro de los miembros de la Compañía del Amor Divino (asociación que había buscado la Reforma de la Iglesia), hicieron su profesión de Clérigos Regulares junto a la Confesión de san Pedro, según consta —dicen— en el acta fiel y detallada del Notario Esteban de Amanis, llamado de manera expresa para el acto.
Al finalizar la eucaristía tuvimos nuestra convivencia acompañados de las religiosas que viven y trabajan en este territorio parroquial.
Para organizar la fiesta no tuvimos mucho tiempo de anticipación, así que aunque nos dividimos el trabajo, tocó desvelarnos el domingo y el lunes.
Decidí seguir algunos consejos que me enviaron por correo electrónico. Lo primero que cuidamos fue la ambientación. Los novicios hubiésemos preferido que la convivencia fuese en la villa, allí lucirían más los arreglos, daríamos el grito en un balcón y en un momento dado los juegos pirotécnicos re reflejarían en los lagos. Pero… nos acoplamos bien a las circunstancias: en uno de los patios del Colegio anexo a la casa parroquial acomodamos mesas, sillas y colgamos tiras largas con papel de china picado y de los colores patrios. Elaboramos las banderas de México y Colombia. El Escudo Nacional lo bajé de la Internet; conseguimos música mexicana y hasta un disco con himnos nacionales. En cuanto a la comida decidimos no complicarnos mucho la vida: arroz rojo, frijoles refritos (acá se pronuncia “fríjoles”) y fajitas de pollo, con salsas, guacamole, botanas, tortillas de harina y arepas (una especie de tortillas de maíz que venden por acá). Y de beber conseguimos cerveza mexicana (“Carta Blanca”) y tequila (“Cuervo”).
Somos tres los mexicanos que estamos en esta comunidad: el Padre Ismael, Paco, mi tocayo Carlos y yo, y añadimos a Roberto, que es México-americano. Mas ninguno de los cuatro es un cocinero ágil ni experimentado, así que la cosa estuvo tardada. Eso sí, aunque las fajitas no parecían fajitas ni las margaritas eran margaritas, como buenos mexicanos sacamos todo al último momento. Organizamos además un programa cultural que incluía crónicas de las fiestas patrias en México, explicaciones de la Bandera, el Escudo y el Himno Nacionales y hasta la recitación de la poesía “Suave patria” de López Velarde. Así, después de la bendición de los alimentos que dirigió el Padre Pedro y, mientras todos comían y bebían a lo mexicano, compartimos con ellos una dosis abundante de mexicanidad.
Eso sí, evité tomarme fotos con la bandera de México para evitarle disgustos a mi madre (eso hacía yo de chiquito y eso hacía ella desde entonces). Pero sí logramos irles poniendo a todos un sombrero de charro que alguien llevó a la fiesta y con una chela en sus manos capturamos algunas instantáneas. Al finalizar intentamos escuchar con respeto los himnos nacionales de Colombia, España, Chile, Perú, Francia —en atención a unas de las hermanas que eran de esos países. Aunque, la verdad, todo era relajo. Al último, el Padre Ismael nos dirigió, como a los niños cantores de Morelia, según dijo él, y entonamos nuestro himno.
Si algún día mi mamá se enterara de esto, es probable que le diera un disgusto por lo ridículo que puede sonar todo el numerito. Pero, lo que queríamos era compartir un poquito de nuestra cultura con nuestros hermanos colombianos, después de todo nos hemos imbuido en la suya a lo largo de ya seis semanas.
Busca primero el reinado de Dios.
Charly
jueves, septiembre 09, 2004
Semana 5
De nuevo desde Cali:
Esta semana cumplí ya un mes como novicio (ingresé el 7 de agosto, ¿recuerdas?). Así que tuvimos un buen rato revisando nuestra vida y compartiendo cómo nos sentíamos. Fue un momento muy padre, escuché a mis hermanos y ellos me escucharon a mí.
¿Recuerdas lo que he comentado sobre la violencia y la inseguridad? Bueno, el episcopado colombiano (el cuerpo colegial que reúne a los Obispos católicos de por acá) convocó a una Semana de Oración por la Paz en todo el país, la cual culminó hoy. Fue algo muy interesante, ¿sabes? Porque siempre había escuchado la necesidad de esta plegaria, pero nunca la había palpado tan de cerca. Como que las palabras suenan diferente. Cuando se oyen expresiones como “reconciliación”, ‘justicia social”, “equidad”; o cuando se expresan frases como “Cristo murió para traernos la paz”, “Paz a los hombres que ama el Señor”, “la paz nace del corazón” en una realidad como ésta, las palabras suenan más profundas. A mí se ponía la piel chinita, no lo voy a negar.
Por cierto, ya recogimos nuestras famosas Cédulas de Extranjería: unas credenciales sin chiste, sin sellos y sin enmicar, de tal forma que todo lo que pasamos hace unas semanas para tramitarla, cuando la tuvimos por fin en nuestras manos, nos supo hasta como que más amargo. Las tuvimos que enmicar (aquí dicen "laminar") nosotros para que no se maltraten.
En temas más prácticos, los profesos (los hermanos y padres más avanzados) reunidos en Capítulo (así se llaman esas reuniones cuando se hacen bajo Derecho) parece que decidieron, entre la cosas que supimos, adquirir más equipos de cómputo para los novicios, lo cual me hace muy feliz... aunque no cuando estamos rodeados de tanta necesidad. Esta semana llegó en el periódico (recibimos por suscripción "El Tiempo") un titular que afirmaba que, sólo en este Departamento (los Departamentos son como los Estados) del Valle del Cauca 1’094,000 pobres. Y aunque nosotros trabajamos con muchos de ellos, la realidad supera cualquier iniciativa porque tiene orígenes estructurales.
Sin embargo, todo esto es bien chido.
Busca primero el reinado de Dios.
Charly
Esta semana cumplí ya un mes como novicio (ingresé el 7 de agosto, ¿recuerdas?). Así que tuvimos un buen rato revisando nuestra vida y compartiendo cómo nos sentíamos. Fue un momento muy padre, escuché a mis hermanos y ellos me escucharon a mí.
¿Recuerdas lo que he comentado sobre la violencia y la inseguridad? Bueno, el episcopado colombiano (el cuerpo colegial que reúne a los Obispos católicos de por acá) convocó a una Semana de Oración por la Paz en todo el país, la cual culminó hoy. Fue algo muy interesante, ¿sabes? Porque siempre había escuchado la necesidad de esta plegaria, pero nunca la había palpado tan de cerca. Como que las palabras suenan diferente. Cuando se oyen expresiones como “reconciliación”, ‘justicia social”, “equidad”; o cuando se expresan frases como “Cristo murió para traernos la paz”, “Paz a los hombres que ama el Señor”, “la paz nace del corazón” en una realidad como ésta, las palabras suenan más profundas. A mí se ponía la piel chinita, no lo voy a negar.
Por cierto, ya recogimos nuestras famosas Cédulas de Extranjería: unas credenciales sin chiste, sin sellos y sin enmicar, de tal forma que todo lo que pasamos hace unas semanas para tramitarla, cuando la tuvimos por fin en nuestras manos, nos supo hasta como que más amargo. Las tuvimos que enmicar (aquí dicen "laminar") nosotros para que no se maltraten.
En temas más prácticos, los profesos (los hermanos y padres más avanzados) reunidos en Capítulo (así se llaman esas reuniones cuando se hacen bajo Derecho) parece que decidieron, entre la cosas que supimos, adquirir más equipos de cómputo para los novicios, lo cual me hace muy feliz... aunque no cuando estamos rodeados de tanta necesidad. Esta semana llegó en el periódico (recibimos por suscripción "El Tiempo") un titular que afirmaba que, sólo en este Departamento (los Departamentos son como los Estados) del Valle del Cauca 1’094,000 pobres. Y aunque nosotros trabajamos con muchos de ellos, la realidad supera cualquier iniciativa porque tiene orígenes estructurales.
Sin embargo, todo esto es bien chido.
Busca primero el reinado de Dios.
Charly
jueves, septiembre 02, 2004
Semana 4
Hola:
Esta semana estuve trabajando para recopilar los siguientes datos. Nos encomendamos a tus oraciones:
Breves datos biográficos de los novicios 2004-2005
Esta semana estuve trabajando para recopilar los siguientes datos. Nos encomendamos a tus oraciones:
Breves datos biográficos de los novicios 2004-2005
Ficha biográfica de Jaime Costa
Nombre completo: Jaime Costa Casajoana.
Edad: 39 años.
Padre: Agustín Costa.
Madre: Magdalena Casajoana.
Hermanos: 0.
Fecha de nacimiento: 23 de agosto de 1965.
Lugar de nacimiento: Lleida, Principado de Cataluña, Reino de España.
Nacionalidad: Español.
Bautismo: 30 de agosto de 1965, Parroquia San Lorenzo, Lleida.
Confirmación: 21 de mayo de 1978, Parroquia San Félix, Barcelona.
Grado máximo de estudios: Maestría Industrial.
Historia escolar: Instituto Nacional de Bachillerato San José de Calasanz (1983): Bachillerato Superior. Escuela Superior Industrial de Barcelona (1986): Maestría. Facultad de Teología de Barcelona (1987-1991): Diplomado en Teología.
Entrevista a Jaime Costa
1) ¿Cómo inició tu vocación?
Se manifestó desde la infancia, pero no encontró su momento definitivo hasta que mis circunstancias, familiares y personales, lo hicieron posible.
2) ¿Cómo conociste a los Teatinos?
A los Teatinos los conocí durante los años de estudio en la Facultad de Teología, en Barcelona. Los Teatinos tienen su comunidad e Iglesia delante de la misma. Posteriormente, participando en charlas con el Padre Jordi Cassá, y asistiendo a celebraciones.
3) ¿Cómo te sientes al inaugurar un Noviciado interprovincial [en esta etapa de nuestra Orden]?
Ciertamente es una responsabilidad compartida. El proyecto es novedoso, pero al coincidir el acuerdo de todos, parece que hace posible llevarlo a cabo. Supone aportar los elementos propios a lo que ya es el Noviciado en sí (canónicamente), pero, además, se añaden los propios a una “fundación”. Es decir, se empieza “físicamente” en todos los aspectos, debiendo asentar las bases para que exista el lugar que va a ser Centro de Formación de futuros miembros de la Orden.
Lógicamente, se mezclan varios aspectos, no sólo las ilusiones que cada cual pueda aportar, sino también las soluciones prácticas para que desde ahora se sea efectivo. Un Internoviciado agrupa sensibilidades propias de varias culturas, que deben tender a reconocerse en los mismos valores de la Orden, a la hora de poder responder de forma práctica a nuestra Iglesia y, por tanto, a nuestro mundo.
4) ¿Cuáles son tus esperanzas al comenzar esta etapa de formación?
Primero, aprender a conocer todo el proceso histórico de la Orden hasta nuestros días; su situación real.
Segundo, conocer, también, las capacidades con que personalmente se puede responder al servicio que la Orden ofrece.
Tercero, profundizar en las bases evangélicas que sostienen todo seguimiento y compromiso de fe.
Y cuarto, poder iniciar un trato de amistad con otros hermanos de la Orden, y hacer desde nuestro trato personal, más profundos la convivencia, el conocimiento y el afecto entre los que integramos la Orden de Clérigos Regulares. Es decir, hacer nuestros los propósitos que se tenían desde el inicio de los Teatinos, para una verdadera relación de hermanos que trabajan con un mismo objetivo: el Reino del Padre y su justicia.
Nombre completo: Jaime Costa Casajoana.
Edad: 39 años.
Padre: Agustín Costa.
Madre: Magdalena Casajoana.
Hermanos: 0.
Fecha de nacimiento: 23 de agosto de 1965.
Lugar de nacimiento: Lleida, Principado de Cataluña, Reino de España.
Nacionalidad: Español.
Bautismo: 30 de agosto de 1965, Parroquia San Lorenzo, Lleida.
Confirmación: 21 de mayo de 1978, Parroquia San Félix, Barcelona.
Grado máximo de estudios: Maestría Industrial.
Historia escolar: Instituto Nacional de Bachillerato San José de Calasanz (1983): Bachillerato Superior. Escuela Superior Industrial de Barcelona (1986): Maestría. Facultad de Teología de Barcelona (1987-1991): Diplomado en Teología.
Entrevista a Jaime Costa
1) ¿Cómo inició tu vocación?
Se manifestó desde la infancia, pero no encontró su momento definitivo hasta que mis circunstancias, familiares y personales, lo hicieron posible.
2) ¿Cómo conociste a los Teatinos?
A los Teatinos los conocí durante los años de estudio en la Facultad de Teología, en Barcelona. Los Teatinos tienen su comunidad e Iglesia delante de la misma. Posteriormente, participando en charlas con el Padre Jordi Cassá, y asistiendo a celebraciones.
3) ¿Cómo te sientes al inaugurar un Noviciado interprovincial [en esta etapa de nuestra Orden]?
Ciertamente es una responsabilidad compartida. El proyecto es novedoso, pero al coincidir el acuerdo de todos, parece que hace posible llevarlo a cabo. Supone aportar los elementos propios a lo que ya es el Noviciado en sí (canónicamente), pero, además, se añaden los propios a una “fundación”. Es decir, se empieza “físicamente” en todos los aspectos, debiendo asentar las bases para que exista el lugar que va a ser Centro de Formación de futuros miembros de la Orden.
Lógicamente, se mezclan varios aspectos, no sólo las ilusiones que cada cual pueda aportar, sino también las soluciones prácticas para que desde ahora se sea efectivo. Un Internoviciado agrupa sensibilidades propias de varias culturas, que deben tender a reconocerse en los mismos valores de la Orden, a la hora de poder responder de forma práctica a nuestra Iglesia y, por tanto, a nuestro mundo.
4) ¿Cuáles son tus esperanzas al comenzar esta etapa de formación?
Primero, aprender a conocer todo el proceso histórico de la Orden hasta nuestros días; su situación real.
Segundo, conocer, también, las capacidades con que personalmente se puede responder al servicio que la Orden ofrece.
Tercero, profundizar en las bases evangélicas que sostienen todo seguimiento y compromiso de fe.
Y cuarto, poder iniciar un trato de amistad con otros hermanos de la Orden, y hacer desde nuestro trato personal, más profundos la convivencia, el conocimiento y el afecto entre los que integramos la Orden de Clérigos Regulares. Es decir, hacer nuestros los propósitos que se tenían desde el inicio de los Teatinos, para una verdadera relación de hermanos que trabajan con un mismo objetivo: el Reino del Padre y su justicia.
Ficha biográfica de Carlos Valdez
Nombre completo: Carlos Valdez Vazquez.
Edad: 36 años.
Padre: José Esteban Valdez.
Madre: Mª de la Paz Vazquez (+).
Hermanos: 12. Él es el 11º.
Fecha de nacimiento: 10 de febrero de 1968.
Lugar de nacimiento: Morelia, Michoacán, México.
Nacionalidad: Mexicano.
Bautismo: Parroquia Nuestra Señora de la Merced.
Confirmación: Santa Iglesia Catedral Metropolitana de Morelia.
Grado máximo de estudios: Ingeniero Bioquímico.
Historia escolar: Instituto Tecnológico de Morelia (1990-1995): Ingeniería bioquímica. Seminario Diocesano San José de Mexicali (1996-1998): Propedéutico y 1º de Filosofía. South West College (2001-2003): Inglés como Segunda Lengua (ESL). Loyola Marymount University (2002-2004): Estudios Pastorales Hispanos.
Nombre completo: Carlos Valdez Vazquez.
Edad: 36 años.
Padre: José Esteban Valdez.
Madre: Mª de la Paz Vazquez (+).
Hermanos: 12. Él es el 11º.
Fecha de nacimiento: 10 de febrero de 1968.
Lugar de nacimiento: Morelia, Michoacán, México.
Nacionalidad: Mexicano.
Bautismo: Parroquia Nuestra Señora de la Merced.
Confirmación: Santa Iglesia Catedral Metropolitana de Morelia.
Grado máximo de estudios: Ingeniero Bioquímico.
Historia escolar: Instituto Tecnológico de Morelia (1990-1995): Ingeniería bioquímica. Seminario Diocesano San José de Mexicali (1996-1998): Propedéutico y 1º de Filosofía. South West College (2001-2003): Inglés como Segunda Lengua (ESL). Loyola Marymount University (2002-2004): Estudios Pastorales Hispanos.
Entrevista a Carlos Valdez
1) ¿Cómo inició tu vocación?
Habiendo crecido en una familia muy numerosa, con algunas carencias y limitaciones, gracias a Dios, mis padres y mis hermanos hemos salido adelante. Digo esto porque en mi casa pudieron haber faltado lujos y comodidades, pero el amor y la unidad familiar nunca han faltado. De pequeño, la formación y educación que recibí tanto de mis padres como de mis hermanos fue llena de valores y de principios morales bien cimentados. Uno de estos valores que he vivido y experimentado dentro de mi familia es nuestra profesión de fe. A pesar de haber tenido una formación Católica Cristiana, nunca pasó por mi mente el llegar un día a estudiar para el sacerdocio, mis planes eran terminar una carrera en la Universidad y formar una familia a ejemplo de mis papás y hermanos. Sin embargo al final de mis estudios universitarios, recibí una invitación por parte de unos primos a vivir un retiro. Para este entonces yo contaba con una edad de 26 años y muchos planes por realizar. Asistí a este retiro aún sin saber que era lo que me estaba impulsando a ir, recuerdo que fue durante la Semana Santa del mes de abril de 1994. Con mucha seguridad puedo decir que esa semana conocí y experimente el amor de Dios que nunca antes lo había sentido. Yo sabía por mi formación y mi profesión de fe que Dios existe en mi vida, pero nunca lo había experimentado tan fuerte como en ese retiro llamado (Movimiento de Jornadas de Vida Cristiana). Es allí donde surge mi vocación a la vida sacerdotal, es en este grupo en donde conozco sacerdotes y religiosas entregados a sus ministerios y que gracias a sus testimonios de vida, son los que me inspiran y me apoyan en mi discernimiento vocacional. Tomo la decisión muy precipitada de querer abandonar la Universidad para inscribirme en el Seminario, pero gracias a los consejos de mi madre quien me motiva a continuar mis estudios profesionales y después continuar mis estudios en el Seminario. En 1996 ingreso al Seminario Diocesano San José de Mexicali, Baja California, México. Estudio dos años de filosofía y posteriormente trabajo y ayudo por dos años en una parroquia en programas de catequesis.
2) ¿Cómo conociste a los Teatinos?
En el año 2000, asisto a congresos y cursos de programas catequéticos realizados por la Arquidiócesis de Los Ángeles, California. En uno se estos cursos conozco al director de vocaciones y me invita a ingresar al Seminario en California. Yo habiendo tenido la experiencia de haber estudiado en un seminario diocesano, le planteo mis puntos de vista y que, en lo personal, me gustaría conocer más la vida religiosa. Ya estaba viviendo en una parroquia en Los Ángeles. Es entonces cuando conozco a un amigo y platicando sobre la vocación me invita a formar parte de los Teatinos. Inmediatamente, me pone en contacto con el Padre Provincial de Estados Unidos, Padre Patricio Valdez, quien siempre hasta hoy día me ha apoyado en mi formación. Cuando el Padre Pat me habló acerca de mi noviciado, me planteó la posibilidad de viajar a Colombia y de que podría ser una experiencia diferente.
3) ¿Cómo te sientes al inaugurar un Noviciado interprovincial [en esta etapa de nuestra Orden]?
Al comenzar este noviciado con hermanos de otros países me motiva y me alienta mucho a trabajar por la construcción del reino de Dios.
4) ¿Cuáles son tus esperanzas al comenzar esta etapa de formación?
Mis esperanzas, metas y logros (sic) son que nos veamos como hermanos, que podamos compartir las riquezas de nuestras culturas, que lleguemos a dar un buen testimonio de vida y que esta obra del Noviciado internacional que ha comenzado, llegue a dar muchos frutos en la Orden de Clérigos Regulares (Teatinos).
1) ¿Cómo inició tu vocación?
Habiendo crecido en una familia muy numerosa, con algunas carencias y limitaciones, gracias a Dios, mis padres y mis hermanos hemos salido adelante. Digo esto porque en mi casa pudieron haber faltado lujos y comodidades, pero el amor y la unidad familiar nunca han faltado. De pequeño, la formación y educación que recibí tanto de mis padres como de mis hermanos fue llena de valores y de principios morales bien cimentados. Uno de estos valores que he vivido y experimentado dentro de mi familia es nuestra profesión de fe. A pesar de haber tenido una formación Católica Cristiana, nunca pasó por mi mente el llegar un día a estudiar para el sacerdocio, mis planes eran terminar una carrera en la Universidad y formar una familia a ejemplo de mis papás y hermanos. Sin embargo al final de mis estudios universitarios, recibí una invitación por parte de unos primos a vivir un retiro. Para este entonces yo contaba con una edad de 26 años y muchos planes por realizar. Asistí a este retiro aún sin saber que era lo que me estaba impulsando a ir, recuerdo que fue durante la Semana Santa del mes de abril de 1994. Con mucha seguridad puedo decir que esa semana conocí y experimente el amor de Dios que nunca antes lo había sentido. Yo sabía por mi formación y mi profesión de fe que Dios existe en mi vida, pero nunca lo había experimentado tan fuerte como en ese retiro llamado (Movimiento de Jornadas de Vida Cristiana). Es allí donde surge mi vocación a la vida sacerdotal, es en este grupo en donde conozco sacerdotes y religiosas entregados a sus ministerios y que gracias a sus testimonios de vida, son los que me inspiran y me apoyan en mi discernimiento vocacional. Tomo la decisión muy precipitada de querer abandonar la Universidad para inscribirme en el Seminario, pero gracias a los consejos de mi madre quien me motiva a continuar mis estudios profesionales y después continuar mis estudios en el Seminario. En 1996 ingreso al Seminario Diocesano San José de Mexicali, Baja California, México. Estudio dos años de filosofía y posteriormente trabajo y ayudo por dos años en una parroquia en programas de catequesis.
2) ¿Cómo conociste a los Teatinos?
En el año 2000, asisto a congresos y cursos de programas catequéticos realizados por la Arquidiócesis de Los Ángeles, California. En uno se estos cursos conozco al director de vocaciones y me invita a ingresar al Seminario en California. Yo habiendo tenido la experiencia de haber estudiado en un seminario diocesano, le planteo mis puntos de vista y que, en lo personal, me gustaría conocer más la vida religiosa. Ya estaba viviendo en una parroquia en Los Ángeles. Es entonces cuando conozco a un amigo y platicando sobre la vocación me invita a formar parte de los Teatinos. Inmediatamente, me pone en contacto con el Padre Provincial de Estados Unidos, Padre Patricio Valdez, quien siempre hasta hoy día me ha apoyado en mi formación. Cuando el Padre Pat me habló acerca de mi noviciado, me planteó la posibilidad de viajar a Colombia y de que podría ser una experiencia diferente.
3) ¿Cómo te sientes al inaugurar un Noviciado interprovincial [en esta etapa de nuestra Orden]?
Al comenzar este noviciado con hermanos de otros países me motiva y me alienta mucho a trabajar por la construcción del reino de Dios.
4) ¿Cuáles son tus esperanzas al comenzar esta etapa de formación?
Mis esperanzas, metas y logros (sic) son que nos veamos como hermanos, que podamos compartir las riquezas de nuestras culturas, que lleguemos a dar un buen testimonio de vida y que esta obra del Noviciado internacional que ha comenzado, llegue a dar muchos frutos en la Orden de Clérigos Regulares (Teatinos).
Nombre completo: Roberto Madrigal Gutiérrez.
Edad: 30 años.
Padre: Roberto Madrigal.
Madre: Alicia Gutiérrez.
Hermanos: 3 hermanas. Él es el mayor.
Fecha de nacimiento: 29 de agosto de 1974.
Lugar de nacimiento: Yuba City, California, Estados Unidos de América
Nacionalidad: Estadounidense.
Bautismo: Parroquia Sagrado Corazón, Sacramento.
Confirmación: Parroquia San Antonio, Apatzingán.
Grado máximo de estudios: High School.
Historia escolar: Johansen High School (1993). Modesto Junior College (2002): Prerequisits.
Edad: 30 años.
Padre: Roberto Madrigal.
Madre: Alicia Gutiérrez.
Hermanos: 3 hermanas. Él es el mayor.
Fecha de nacimiento: 29 de agosto de 1974.
Lugar de nacimiento: Yuba City, California, Estados Unidos de América
Nacionalidad: Estadounidense.
Bautismo: Parroquia Sagrado Corazón, Sacramento.
Confirmación: Parroquia San Antonio, Apatzingán.
Grado máximo de estudios: High School.
Historia escolar: Johansen High School (1993). Modesto Junior College (2002): Prerequisits.
Entrevista a Roberto Madrigal
1) ¿Cómo inició tu vocación?
Mi vocación inició hace cuatro años, cuando acostumbraba ir a la Hora Santa de la Parroquia San Judas Tadeo, Ceres. El sacerdote siempre pedía que hubiera más sacerdotes, y por allí fue que empecé a abrirme a la posibilidad de servir.
2) ¿Cómo conociste a los Teatinos?
A los Teatinos los conocí desde hace como tres años. A causa de mi trabajo viajaba por el país. Viendo un calendario con fotos de santuarios e iglesias, vi una foto del Santuario de las Estaciones de la Cruz, atendida por los Teatinos. Un día llegué a esa Iglesia como a las 9 p. m. A los cinco o diez minutos salió un joven, luego otro y otros, al fina salió quien supuse era el Padre. Decidí quedarme a la oración (Completas). Yo estaba en la última banca de la iglesia. Cuando terminaron se acercó el Padre Patricio y me preguntó si se me ofrecía algo. Platicamos un rato, le conté mi vida. Le platiqué que estaba en un proceso vocacional en mi Diócesis (Stockton) y que ya llevaba seis meses. Él me hizo una invitación y me dio el libro de Virtud heroica. Después de eso, nos mantuvimos en contacto.
3) ¿Cómo te sientes al inaugurar un Noviciado interprovincial [en esta etapa de nuestra Orden]?
Al comenzar esta experiencia me siento muy bien. Creo que será una buena experiencia conocer otras culturas.
4) ¿Cuáles son tus esperanzas al comenzar esta etapa de formación?
Mi esperanza es que tengamos un buen Noviciado, y que todos los novicios podamos crecer juntos y que esto sea el principio de un Noviciado internacional exitoso.
1) ¿Cómo inició tu vocación?
Mi vocación inició hace cuatro años, cuando acostumbraba ir a la Hora Santa de la Parroquia San Judas Tadeo, Ceres. El sacerdote siempre pedía que hubiera más sacerdotes, y por allí fue que empecé a abrirme a la posibilidad de servir.
2) ¿Cómo conociste a los Teatinos?
A los Teatinos los conocí desde hace como tres años. A causa de mi trabajo viajaba por el país. Viendo un calendario con fotos de santuarios e iglesias, vi una foto del Santuario de las Estaciones de la Cruz, atendida por los Teatinos. Un día llegué a esa Iglesia como a las 9 p. m. A los cinco o diez minutos salió un joven, luego otro y otros, al fina salió quien supuse era el Padre. Decidí quedarme a la oración (Completas). Yo estaba en la última banca de la iglesia. Cuando terminaron se acercó el Padre Patricio y me preguntó si se me ofrecía algo. Platicamos un rato, le conté mi vida. Le platiqué que estaba en un proceso vocacional en mi Diócesis (Stockton) y que ya llevaba seis meses. Él me hizo una invitación y me dio el libro de Virtud heroica. Después de eso, nos mantuvimos en contacto.
3) ¿Cómo te sientes al inaugurar un Noviciado interprovincial [en esta etapa de nuestra Orden]?
Al comenzar esta experiencia me siento muy bien. Creo que será una buena experiencia conocer otras culturas.
4) ¿Cuáles son tus esperanzas al comenzar esta etapa de formación?
Mi esperanza es que tengamos un buen Noviciado, y que todos los novicios podamos crecer juntos y que esto sea el principio de un Noviciado internacional exitoso.
Ficha biográfica de Francisco Alberto Barrera
Nombre completo: Francisco Alberto Barrera García.
Edad: 29 años.
Madre: María del Carmen Barrera.
Hermanos: 1 hermana. Él es el mayor.
Fecha de nacimiento: 27 de mayo de 1975.
Lugar de nacimiento: Ciudad de México, Distrito Federal, México.
Nacionalidad: Mexicano.
Bautismo: 18 de agosto de 1975 en la Parroquia Jesús Sacerdote, Arquidiócesis de México.
Confirmación: 18 de agosto de 1975 en la Parroquia Jesús Sacerdote, Arquidiócesis de México.
Grado máximo de estudios: Estudios filosóficos.
Historia escolar: Instituto Filosófico Teológico San Alipio de los Padres Agustinos, en Lomas Verdes, Estado de México (1996-1998): Estudios filosóficos.
Nombre completo: Francisco Alberto Barrera García.
Edad: 29 años.
Madre: María del Carmen Barrera.
Hermanos: 1 hermana. Él es el mayor.
Fecha de nacimiento: 27 de mayo de 1975.
Lugar de nacimiento: Ciudad de México, Distrito Federal, México.
Nacionalidad: Mexicano.
Bautismo: 18 de agosto de 1975 en la Parroquia Jesús Sacerdote, Arquidiócesis de México.
Confirmación: 18 de agosto de 1975 en la Parroquia Jesús Sacerdote, Arquidiócesis de México.
Grado máximo de estudios: Estudios filosóficos.
Historia escolar: Instituto Filosófico Teológico San Alipio de los Padres Agustinos, en Lomas Verdes, Estado de México (1996-1998): Estudios filosóficos.
1) ¿Cómo inició tu vocación?
Mi llamado quizá comienza a muy temprana edad, cuando yo era niño a los cinco años era yo acólito de una Parroquia en el Centro, en el Distrito Federal. Ahí dure aproximadamente 6 años de acólito, y día con día y cada vez que le ayudaba al Padre Carlos (sacerdote salesiano) a acolitar mi sueño era llegar a ser como él. Más tarde conocí a un sacerdote diocesano, recién ordenado llegó a la Parroquia donde también tuve la oportunidad de trabajar, formó un grupo de jóvenes para un coro y poco a poco se comenzó una bonita amistad; él me hizo la invitación de entrar al Seminario diocesano, seguí un proceso, pero, la verdad, no me sentía muy a gusto; sentía que no era mi lugar. En este camino, a la par, conocí también a otro sacerdote con el que también comencé una relación de amistad muy buena y me dijo que viera las cosas con calma que si Dios me quería para esto el me iba a dar los medios y el camino. Cuando pasé de la secundaria a la preparatoria el me apoyó para ingresar al Instituto Mier y Pesado de los Hermanos de La Salle. Ahí tuve la oportunidad de encontrarme con los seminaristas de la Diócesis, con los del Oratorio de San Felipe y unos Maristas, junto con los estudiantes de los Hermanos Lasallistas, fue una experiencia inolvidable esos tres años de Preparatoria, ya que seguía la idea de formar parte de un Seminario, mientras tanto los Padres amigos míos seguían apoyándome en este sentido también.
2) ¿Cómo conociste a los Teatinos?
Llegó el final de la preparatoria y tuve una pequeña crisis y dejé de estudiar por un lapso de un año, más o menos, mientras también tenía la experiencia de un trabajo. Cumplido este año asistí a una promoción vocacional en el Seminario de la Arquidiócesis, y fue ahí que encontré una stand con la promoción del Seminario de los Clérigos Regularles - Teatinos.
Conocí ahí al que después sería mi formador en dicho seminario, al Padre Jorge Campa; fue entonces que comencé un seguimiento vocacional y, después del mismo, tomé la decisión de ingresar al Seminario, donde sentí como si aquel lugar estuviera esperándome y que era el mismo que estaba buscando; lo más impresionante e interesante para mí fue la vida de san Cayetano, pues me hizo reflexionar tantas cosas, que me gustó el motivo que lo llevó a formar esta Orden (dato curioso también en esta historia fue que también desde pequeño algunos domingos íbamos a misa a la Iglesia de San Cayetano, en Lindavista, ya que mi casa quedaba relativamente cerca de ahí, y siempre me impresionó su estructura y todo lo que rodeaba a esta Iglesia). En fin, quién iba a decir que, años más tarde, iba a estar arriba del altar acolitando como seminarista de la Orden teatina.
3) ¿Cómo te sientes al inaugurar un Noviciado interprovincial [en esta etapa de nuestra Orden]?
2) ¿Cómo conociste a los Teatinos?
Llegó el final de la preparatoria y tuve una pequeña crisis y dejé de estudiar por un lapso de un año, más o menos, mientras también tenía la experiencia de un trabajo. Cumplido este año asistí a una promoción vocacional en el Seminario de la Arquidiócesis, y fue ahí que encontré una stand con la promoción del Seminario de los Clérigos Regularles - Teatinos.
Conocí ahí al que después sería mi formador en dicho seminario, al Padre Jorge Campa; fue entonces que comencé un seguimiento vocacional y, después del mismo, tomé la decisión de ingresar al Seminario, donde sentí como si aquel lugar estuviera esperándome y que era el mismo que estaba buscando; lo más impresionante e interesante para mí fue la vida de san Cayetano, pues me hizo reflexionar tantas cosas, que me gustó el motivo que lo llevó a formar esta Orden (dato curioso también en esta historia fue que también desde pequeño algunos domingos íbamos a misa a la Iglesia de San Cayetano, en Lindavista, ya que mi casa quedaba relativamente cerca de ahí, y siempre me impresionó su estructura y todo lo que rodeaba a esta Iglesia). En fin, quién iba a decir que, años más tarde, iba a estar arriba del altar acolitando como seminarista de la Orden teatina.
3) ¿Cómo te sientes al inaugurar un Noviciado interprovincial [en esta etapa de nuestra Orden]?
Ahora estoy en una nueva experiencia, el Noviciado internacional 2004-2005, cuando el Padre Salvador me comentó la idea de hacer el noviciado en Colombia fue algo impresionante para mí, en un principio, pensé que tan bueno sería tener esta experiencia, ya que hasta ese momento tuve la idea de vivir esta etapa como los demás hermanos, sobre todo por compartir al Padre Maestro de novicios, el tan honorable Padre Alonso, pero me inquietaba la idea de pensar que iba yo a estar en un lugar tan peligroso y tan conocido a la vez como Colombia, y parecía que sólo era un proyecto que no se llevaría a cabo, pero ya lo vi mas en serio cuando el Padre Salvador llegó de Roma y comentó que efectivamente nos íbamos a Colombia Carlos y yo. Entonces dije, ahora sí va en serio. Bueno, en todo el mundo hay inseguridad y violencia, creo que sí podré salir en esta etapa, me puse en oración y me encomendé al Señor Jesús. Ya con mucho ánimo, pero aun un poco nervioso por lo novedoso que se venía, comencé con los preparativos legales, es decir, cumplir con todos los requisitos que se me pedía para la visa. Después, ya estando en el aeropuerto pensé, tiene que ser una buena experiencia.
4) ¿Cuáles son tus esperanzas al comenzar esta etapa de formación?
Para mí, la etapa de Noviciado es una etapa muy importante dentro de la vida religiosa, pero sobre todo para mi vida, ya que desde hace un tiempo la venía esperando y ahora estoy en ella, espero que sea una etapa en donde conozca más de cerca la vida de san Cayetano, la Constituciones y Reglas de la Orden, la vida fraterna en comunidad, pero sobre todo, tener una experiencia más cercana con Dios, para poder ser, con la ayuda de Dios y de María, un verdadero testigo de ese amor que Él nos tiene y compartirlo con los que me rodean.
4) ¿Cuáles son tus esperanzas al comenzar esta etapa de formación?
Para mí, la etapa de Noviciado es una etapa muy importante dentro de la vida religiosa, pero sobre todo para mi vida, ya que desde hace un tiempo la venía esperando y ahora estoy en ella, espero que sea una etapa en donde conozca más de cerca la vida de san Cayetano, la Constituciones y Reglas de la Orden, la vida fraterna en comunidad, pero sobre todo, tener una experiencia más cercana con Dios, para poder ser, con la ayuda de Dios y de María, un verdadero testigo de ese amor que Él nos tiene y compartirlo con los que me rodean.
Nombre completo: Carlos Gómez Ruiz.
Edad: 26 años.
Padre: Emilio Delfino Gómez.
Madre: Alicia Ruiz.
Hermanos: 1 hermana. Yo soy el mayor.
Fecha de nacimiento: 29 de septiembre de 1977.
Lugar de nacimiento: Ciudad de México, Distrito Federal, México.
Nacionalidad: Mexicano.
Bautismo: Parroquia San Francisco Javier, Tlalnepantla.
Confirmación: Catedral Metropolitana de Tlalnepantla.
Grado máximo de estudios: Estudios Filosóficos.
Historia escolar: Universidad Nacional Autónoma de México (1993-1995): Técnico en Dibujo Arquitectónico. Seminario de Tlalnepantla (1996-2000): Estudios Filosóficos. Instituto de Formación Teológica Intercongregacional de México (2001-2004): Estudios Teológicos.
Edad: 26 años.
Padre: Emilio Delfino Gómez.
Madre: Alicia Ruiz.
Hermanos: 1 hermana. Yo soy el mayor.
Fecha de nacimiento: 29 de septiembre de 1977.
Lugar de nacimiento: Ciudad de México, Distrito Federal, México.
Nacionalidad: Mexicano.
Bautismo: Parroquia San Francisco Javier, Tlalnepantla.
Confirmación: Catedral Metropolitana de Tlalnepantla.
Grado máximo de estudios: Estudios Filosóficos.
Historia escolar: Universidad Nacional Autónoma de México (1993-1995): Técnico en Dibujo Arquitectónico. Seminario de Tlalnepantla (1996-2000): Estudios Filosóficos. Instituto de Formación Teológica Intercongregacional de México (2001-2004): Estudios Teológicos.
1) ¿Cómo inició tu vocación?
Es difícil para mí abreviar la historia de mi vocación, la evidencia de ocho años de formación me permite afirmar que se ha tratado de un proceso largo. Sin embargo, ha estado marcado por hechos puntuales, momentos de mi propia historia en los que la gracia de Dios se ha manifestado con más claridad.
Entre esos puntos el que yo señalaría como inició de mi vocación sucedió en la primavera del año 1996, cuando estaba en el grupo juvenil de mi Parroquia, en Tlalnepantla, un municipio conurbado de la Ciudad de México. Y sucedió que el seminarista que acompañaba al grupo estaba a punto de recibir el ministerio del lectorado, para lo cual le regalarían un alba, pero era necesario ir a recogerla a una Parroquia ubicada en otro municipio. Así que organizamos el viajecito. El camino trascurría entre cerros poblados por “ciudades perdidas”, asentamientos urbanos irregulares que albergaban mucha gente y mucha pobreza. A lo largo del trayecto, el seminarista nos iba señalando las iglesias, al tiempo que iba dando algunos datos de las mismas: a una le correspondían veinte mil fieles, a otras quince mil, algunas no tenían sacerdote desde hacía años, y así todo el camino. Al final preguntó, si alguno de los chavos que le acompañábamos quería responder a esa necesidad. Y nos invitó al preseminario. Yo recibí esa invitación como mía. Todo ese camino fui padeciendo la necesidad de sacerdotes. Hice mío un sentimiento que después sabría san Cayetano mismo tuvo: ver a Cristo pobre y que nadie se movía.
2) ¿Cómo conociste a los Teatinos?
Mi primer contacto con la Orden lo tuve cuando ayudaba como seminarista en la pastoral vocacional de mi diócesis. En ese servicio formamos equipo con el Padre Salvador Rodea (en ese entonces él era todavía júnior). Él llevó mi proceso.
3) ¿Cómo te sientes al inaugurar un Noviciado interprovincial [en esta etapa de nuestra Orden]?
Hasta ahora, los años de formación en la Orden han superado todas mis expectativas. Todo lo que he vivido aquí hasta ahora ha sido providencial. Jamás me imaginé que me invitarían a hacer el Noviciado en otro país, ni en condiciones tan cercanas al evangelio como las que estamos viviendo. La comunidad entera de Cali, no sólo la del Noviciado, es la más fresca, alegre y poco complicada de las que haya yo vivido. Me siento muy contento y en varias ocasiones me he conmovido con profundidad ante la caridad de todos los Padres y los hermanos.
4) ¿Cuáles son tus esperanzas al comenzar esta etapa de formación?
Espero poder vivir esta etapa de tal manera que en mí se geste un hombre nuevo, que busque siempre el reinado de Dios y su justicia.
Es difícil para mí abreviar la historia de mi vocación, la evidencia de ocho años de formación me permite afirmar que se ha tratado de un proceso largo. Sin embargo, ha estado marcado por hechos puntuales, momentos de mi propia historia en los que la gracia de Dios se ha manifestado con más claridad.
Entre esos puntos el que yo señalaría como inició de mi vocación sucedió en la primavera del año 1996, cuando estaba en el grupo juvenil de mi Parroquia, en Tlalnepantla, un municipio conurbado de la Ciudad de México. Y sucedió que el seminarista que acompañaba al grupo estaba a punto de recibir el ministerio del lectorado, para lo cual le regalarían un alba, pero era necesario ir a recogerla a una Parroquia ubicada en otro municipio. Así que organizamos el viajecito. El camino trascurría entre cerros poblados por “ciudades perdidas”, asentamientos urbanos irregulares que albergaban mucha gente y mucha pobreza. A lo largo del trayecto, el seminarista nos iba señalando las iglesias, al tiempo que iba dando algunos datos de las mismas: a una le correspondían veinte mil fieles, a otras quince mil, algunas no tenían sacerdote desde hacía años, y así todo el camino. Al final preguntó, si alguno de los chavos que le acompañábamos quería responder a esa necesidad. Y nos invitó al preseminario. Yo recibí esa invitación como mía. Todo ese camino fui padeciendo la necesidad de sacerdotes. Hice mío un sentimiento que después sabría san Cayetano mismo tuvo: ver a Cristo pobre y que nadie se movía.
2) ¿Cómo conociste a los Teatinos?
Mi primer contacto con la Orden lo tuve cuando ayudaba como seminarista en la pastoral vocacional de mi diócesis. En ese servicio formamos equipo con el Padre Salvador Rodea (en ese entonces él era todavía júnior). Él llevó mi proceso.
3) ¿Cómo te sientes al inaugurar un Noviciado interprovincial [en esta etapa de nuestra Orden]?
Hasta ahora, los años de formación en la Orden han superado todas mis expectativas. Todo lo que he vivido aquí hasta ahora ha sido providencial. Jamás me imaginé que me invitarían a hacer el Noviciado en otro país, ni en condiciones tan cercanas al evangelio como las que estamos viviendo. La comunidad entera de Cali, no sólo la del Noviciado, es la más fresca, alegre y poco complicada de las que haya yo vivido. Me siento muy contento y en varias ocasiones me he conmovido con profundidad ante la caridad de todos los Padres y los hermanos.
4) ¿Cuáles son tus esperanzas al comenzar esta etapa de formación?
Espero poder vivir esta etapa de tal manera que en mí se geste un hombre nuevo, que busque siempre el reinado de Dios y su justicia.
Nombre completo: Alexander Ramírez Rodelo.
Edad: 25 años.
Padre: Luis Fernando Ramírez.
Madre: Martha Lucía Rodelo.
Hermanos: 6. Es el mayor de los 7.
Fecha de nacimiento: 28 de diciembre de 1978.
Lugar de nacimiento: Cartagena de Indias, Colombia.
Nacionalidad: Colombiano.
Bautismo: Parroquia de Nuestra Señora de la Candelaria, Cartagena.
Confirmación: Parroquia de San Juan María Vianney, Neiva.
Grado máximo de estudios: Estudios filosóficos.
Historia escolar: Seminario Diocesano San Esteban, Diócesis de Neiva: Año Propedéutico, 1º y 2º de Filosofía (1999-2002). Padres Teatinos: Seminario Mayor Arquidiocesano San Pedro Apóstol, Cali: 3er año de Filosofía (2003-2004).
Edad: 25 años.
Padre: Luis Fernando Ramírez.
Madre: Martha Lucía Rodelo.
Hermanos: 6. Es el mayor de los 7.
Fecha de nacimiento: 28 de diciembre de 1978.
Lugar de nacimiento: Cartagena de Indias, Colombia.
Nacionalidad: Colombiano.
Bautismo: Parroquia de Nuestra Señora de la Candelaria, Cartagena.
Confirmación: Parroquia de San Juan María Vianney, Neiva.
Grado máximo de estudios: Estudios filosóficos.
Historia escolar: Seminario Diocesano San Esteban, Diócesis de Neiva: Año Propedéutico, 1º y 2º de Filosofía (1999-2002). Padres Teatinos: Seminario Mayor Arquidiocesano San Pedro Apóstol, Cali: 3er año de Filosofía (2003-2004).
1) ¿Cómo inició tu vocación?
Todo empezó el domingo 16 de julio de 1988 a las 10 de la mañana mientras hacía mi primera comunión. Todo ese año había asistido a la catequesis y me empecé a interesar por la Iglesia. Comencé a admirar a los sacerdotes por su testimonio de vida, por lo menos los que estaban en mi Parroquia eran buenos sacerdotes y, a pesar de que nunca hice parte de algún grupo de monaguillos, sentía gran cariño por ese tipo de vida. Después de haber hecho la primera comunión mis compañeros de colegio y yo sólo tres seguimos yendo a Misa los domingos. Por mi parte, de mi familia el único que iba a Misa era yo y la vocación se quedó dormida hasta que cumplí los dieciséis años, fue cuando ingresé a un grupo juvenil de la Parroquia de nuestra Señora de Fátima. Apenas llevaba quince días de estar en el grupo cuando fui seleccionado para una Misión en el campo, la idea era tener una experiencia vocacional. Cuando terminó la misión llegué con muchas ganas de ingresar al Seminario. En ese momento, por muchas razones, no pude ingresar. Sólo tres años después pude estar en el Seminario. Luego de tres años me retiré y estuve un año fuera. Y entonces fue cuando conocí a los Teatinos.
2) ¿Cómo conociste a los Teatinos?
Un seminarista que estuvo en mi Parroquia y que nos estuvo dirigiendo durante un tiempo ingresó a la Orden de Clérigos Regulares y me habló de la comunidad. Después, en otra Parroquia, el Padre Mauricio celebró una Misa y al final comentó que era Clérigo Regular teatino, hablé con él y me puse en contacto con la comunidad.
Tuvimos una convivencia para la Semana Santa del año pasado (2003) y me escogieron para ser parte de la comunidad. Ingresé el 25 de julio de 2003 y desde entonces estoy aquí.
3) ¿Cómo te sientes al inaugurar un Noviciado interprovincial [en esta etapa de nuestra Orden]?
Todo empezó el domingo 16 de julio de 1988 a las 10 de la mañana mientras hacía mi primera comunión. Todo ese año había asistido a la catequesis y me empecé a interesar por la Iglesia. Comencé a admirar a los sacerdotes por su testimonio de vida, por lo menos los que estaban en mi Parroquia eran buenos sacerdotes y, a pesar de que nunca hice parte de algún grupo de monaguillos, sentía gran cariño por ese tipo de vida. Después de haber hecho la primera comunión mis compañeros de colegio y yo sólo tres seguimos yendo a Misa los domingos. Por mi parte, de mi familia el único que iba a Misa era yo y la vocación se quedó dormida hasta que cumplí los dieciséis años, fue cuando ingresé a un grupo juvenil de la Parroquia de nuestra Señora de Fátima. Apenas llevaba quince días de estar en el grupo cuando fui seleccionado para una Misión en el campo, la idea era tener una experiencia vocacional. Cuando terminó la misión llegué con muchas ganas de ingresar al Seminario. En ese momento, por muchas razones, no pude ingresar. Sólo tres años después pude estar en el Seminario. Luego de tres años me retiré y estuve un año fuera. Y entonces fue cuando conocí a los Teatinos.
2) ¿Cómo conociste a los Teatinos?
Un seminarista que estuvo en mi Parroquia y que nos estuvo dirigiendo durante un tiempo ingresó a la Orden de Clérigos Regulares y me habló de la comunidad. Después, en otra Parroquia, el Padre Mauricio celebró una Misa y al final comentó que era Clérigo Regular teatino, hablé con él y me puse en contacto con la comunidad.
Tuvimos una convivencia para la Semana Santa del año pasado (2003) y me escogieron para ser parte de la comunidad. Ingresé el 25 de julio de 2003 y desde entonces estoy aquí.
3) ¿Cómo te sientes al inaugurar un Noviciado interprovincial [en esta etapa de nuestra Orden]?
Al principio tenía algo de temor, la verdad. Porque no conocía a mis compañeros, quiénes eran, cuál era su forma de pensar, si serían cerrados o de mentalidades abiertas. Tenía miedo de que no se sintieran a gusto en Colombia, y que de pronto no se adaptaran y se crearan conflictos. Sin embargo, cuando empecé a conocerles a cada uno me di cuenta que, por lo menos hasta ahora, no hay nada qué temer. Me siento bien. Yo intento llevar mi proceso y trató de colaborar en cuanto más pueda en los procesos de los demás. Respeto las formas de pensar de los demás y trato de aceptar a todos en su diferencia, y ya está. Sé que nadie es igual a mí y simplemente trato de complementar y de aprender de los demás.
4) ¿Cuáles son tus esperanzas al comenzar esta etapa de formación?
En este momento lo que espero de la comunidad es seguirme formando en el carisma, poder estar con los pobres, poderme meter en los zapatos de los que más lo necesitan, seguir dando lo que más pueda en la comunidad, como hasta ahora. Y si Dios me tiene para el sacerdocio, la esperanza es que esta formación me sirva para llegar a ser un verdadero pastor. No espero más, ni aspiro a más, eso es lo que quiero, lo que me hace sentir feliz.
4) ¿Cuáles son tus esperanzas al comenzar esta etapa de formación?
En este momento lo que espero de la comunidad es seguirme formando en el carisma, poder estar con los pobres, poderme meter en los zapatos de los que más lo necesitan, seguir dando lo que más pueda en la comunidad, como hasta ahora. Y si Dios me tiene para el sacerdocio, la esperanza es que esta formación me sirva para llegar a ser un verdadero pastor. No espero más, ni aspiro a más, eso es lo que quiero, lo que me hace sentir feliz.
Nombre completo: José Fernando Herrera Solís.
Edad: 22 años.
Padre: Julio Herrera.
Madre: Luisa Solís.
Hermanos: 17. Él es el antepenúltimo.
Fecha de nacimiento: 21 de enero de 1982.
Lugar de nacimiento: Timbiquí, Cauca, Colombia.
Nacionalidad: Colombiano.
Bautismo: Parroquia de Santa Bárbara, Guapi.
Confirmación: Parroquia de Santa Bárbara, Guapi.
Grado máximo de estudios: Estudios filosóficos.
Historia escolar: Padres Teatinos: Seminario Mayor Arquidiocesano San Pedro Apóstol, Cali (2001-2004): Estudios filosóficos.
Edad: 22 años.
Padre: Julio Herrera.
Madre: Luisa Solís.
Hermanos: 17. Él es el antepenúltimo.
Fecha de nacimiento: 21 de enero de 1982.
Lugar de nacimiento: Timbiquí, Cauca, Colombia.
Nacionalidad: Colombiano.
Bautismo: Parroquia de Santa Bárbara, Guapi.
Confirmación: Parroquia de Santa Bárbara, Guapi.
Grado máximo de estudios: Estudios filosóficos.
Historia escolar: Padres Teatinos: Seminario Mayor Arquidiocesano San Pedro Apóstol, Cali (2001-2004): Estudios filosóficos.
1) ¿Cómo inició tu vocación?
Mi vocación dio inicio cuando entré como asesor a un grupo de la Infancia Misionera. Posteriormente, me ascendieron a la presidencia o, mejor, a la dirección del mismo. La actividad que allí realizábamos era la de evangelizar a los más pequeños. Los Esto, lógico, en mi pueblo (Timbiquí, Cauca). Los niños tenían desde los siete años de edad en adelante. Cada último sábado del mes nos reuníamos en la Iglesia para celebrar la Eucaristía. Este trabajo me gustaba mucho y, al mismo tiempo, me cuestionaba. Tendría yo la edad de dieciséis años.
Así fue como inició mi vocación. Colocando a Jesucristo como guía, reconozco a las Hermanas Franciscanas Misioneras de Jesús, en especial la Hermana Arnobia y la Hermana Amelia Torres, quienes me animaron mucho en mi proceso vocacional y, gracias a ellas y a la ayuda de Dios, estoy aquí.
2) ¿Cómo conociste a los Teatinos?
A los Teatinos los conocí en Cali, específicamente en el Barrio Alfonso López.
Mi hermano, Oscar Herrera, tiene una casa en el barrio. El año 2000 fui a pasar unas vacaciones a aquella casa que queda justo a 6 cuadras de la Parroquia San Alberto Magno. En la Vigilia de la Semana Santa conocí al hermano Felipe Carlos García, júnior, el cual me habló de la comunidad. Todo ese tiempo me lo pensé. Al mismo tiempo trabajaba en la empresa Multiaseo. Hasta que, en el 2001, ingresé a la Orden como aspirante e inicié la Filosofía.
3) ¿Cómo te sientes al inaugurar un Noviciado interprovincial [en esta etapa de nuestra Orden]?
Mi vocación dio inicio cuando entré como asesor a un grupo de la Infancia Misionera. Posteriormente, me ascendieron a la presidencia o, mejor, a la dirección del mismo. La actividad que allí realizábamos era la de evangelizar a los más pequeños. Los Esto, lógico, en mi pueblo (Timbiquí, Cauca). Los niños tenían desde los siete años de edad en adelante. Cada último sábado del mes nos reuníamos en la Iglesia para celebrar la Eucaristía. Este trabajo me gustaba mucho y, al mismo tiempo, me cuestionaba. Tendría yo la edad de dieciséis años.
Así fue como inició mi vocación. Colocando a Jesucristo como guía, reconozco a las Hermanas Franciscanas Misioneras de Jesús, en especial la Hermana Arnobia y la Hermana Amelia Torres, quienes me animaron mucho en mi proceso vocacional y, gracias a ellas y a la ayuda de Dios, estoy aquí.
2) ¿Cómo conociste a los Teatinos?
A los Teatinos los conocí en Cali, específicamente en el Barrio Alfonso López.
Mi hermano, Oscar Herrera, tiene una casa en el barrio. El año 2000 fui a pasar unas vacaciones a aquella casa que queda justo a 6 cuadras de la Parroquia San Alberto Magno. En la Vigilia de la Semana Santa conocí al hermano Felipe Carlos García, júnior, el cual me habló de la comunidad. Todo ese tiempo me lo pensé. Al mismo tiempo trabajaba en la empresa Multiaseo. Hasta que, en el 2001, ingresé a la Orden como aspirante e inicié la Filosofía.
3) ¿Cómo te sientes al inaugurar un Noviciado interprovincial [en esta etapa de nuestra Orden]?
Me siento muy contento, sobre todo por compartir con hermanos de otros lados, con culturas diferentes, con idiomas diferentes, etcétera. Creo, por mi parte, que es una experiencia muy enriquecedora la cual pienso aprovechar muchísimo para mi crecimiento y espero también poder dar mucho de mi parte para realizar una buena fraternidad y daonde actúe el Espíritu amorosamente.
4) ¿Cuáles son tus esperanzas al comenzar esta etapa de formación?
Poder compartir con mis hermanos mi alegría, etcétera.
Poder crear un buen ambiente comunitario.
Crecer más espiritualmente.Poder conocer más abiertamente la Comunidad, su carisma, si finalidad y la vida de su fundador.
4) ¿Cuáles son tus esperanzas al comenzar esta etapa de formación?
Poder compartir con mis hermanos mi alegría, etcétera.
Poder crear un buen ambiente comunitario.
Crecer más espiritualmente.Poder conocer más abiertamente la Comunidad, su carisma, si finalidad y la vida de su fundador.